Se estrena este jueves en algunas salas de Buenos Aires la última película del director tunecino Mehdi Barsaoui, la cual fue galardonada en el Festival de Venecia (Sección Orizzonti) y obtuvo el premio César al mejor actor (Sami Bouajila).
Cierta densidad y crudeza atraviesa esta historia, que narra la tragedia de una familia que viaja por una zona conflictiva en Túnez y se ve envuelta en un tiroteo del cual sale gravemente herido el pequeño Aziz, el hijo único de Meriem y Farez. Si bien Aziz logra ser atendido en un hospital, el cuadro no es para nada alentador, el niño necesita un trasplante de hígado de forma urgente y hay que encontrar a quien sea compatible para llevar a cabo la intervención. Lo que en principio se supone obvio deja de serlo. Encontrar la forma de salvar a Aziz se convierte en el nudo argumental de «El engaño», que tal como lo anuncia su título, encierra una mentira que sale a la luz. ¿Acaso eso importa cuando lo que hay que salvar se encuentra por encima? ¿Cómo es la mirada que estas sociedades advierten en el rol de la mujer y el hombre, del engañado como «víctima»?
Barsaoui construye una película lineal en términos narrativos pero no por ella menos efectiva. El argumento está bien trabajado y sirve también para repensar ciertos roles en una sociedad cerrada y patriarcal como aquella en la cual transcurre la película. En su hora y media de duración «El engaño» ofrece una estructura prolija desde lo técnico y ciertos interrogantes que abren a la reflexión desde el tema que elige tratar. ¿Y si el engaño hubiera sido al revés? ¿Qué consecuencias o que situaciones hubieran sido modificadas? Algunas de estas preguntas generan en el espectador posibles respuestas, o por lo menos reflexiones sobre estos asuntos.
Por momentos solemne, con escenas dramáticas muy bien ejecutadas por sus intérpretes (el trabajo de Sami Bouajila es extraordinario), y con un tratamiento en la imagen que se relaciona con la oscuridad en la que se encuentran inmersos los protagonistas, «El engaño» es una película que se vuelve aún más valiosa cuando es tratada por el mensaje que transmite.
Un film sobre el dolor y cómo atravesarlo, o mejor dicho, como intentar superarlo, si es que eso resulta alcanzable.