Bombshell no es una película satisfactoria por varias razones. La primera y mas importante es que la narración es desprolija y fuera de foco. El director Jay Roach se toman un tercio de la película para lidiar con los escándalos de Donald Trump después de haber sido interrogado duramente por la periodista Megyn Kelly de Fox News. Como Fox es una canal de la mas acerrima derecha, pareciera que la premisa del libreto es mostrar que Trump es un misógino arrogante que trata a las mujeres como basura… y que dicho modelo se puede aplicar a todos los conservadores con poder. Claro, Fox apoya a ultranza a Trump y los mismos tipos de condcuta se reflejan en sus mas altos estamentos directivos, especialmente en el jefe del canal – Roger Ailes – pero también en otros reporteros de señera trayectoria como Bill O’Reilly – otro que también sería depuesto como Ailes en el mismo año por el mismo tipo de escándalo -. Tipos que consideran a las periodistas como prostitutas enfundadas en vestidos de marca, y con las cuales pueden hacer lo que quieran ya que su poder es tan grande que pueden arruinarles sus carreras. Pero lo que debería ser una obra de tensión y profunda revulsión termina convirtiéndose en un culebrón plagado de idas y vueltas y completamente fuera de foco. Eso no quita que haya un par de escenas shockeantes, como cuando Roger Ailes invita a una reportera novata (Margot Robbie, conmovedora, soberbia) a hablar sobre su futuro y le ordena que desfile para él, dándose una vueltita como una modelo – es un medio visual!; precisamos mujeres bellas en pantalla! -… y obligándola a subirse la pollera hasta el punto de mostrar la bombacha. Es una escena aberrante compuesta magistralmente por Lithgow y Robbie porque la banalidad y las risas salen volando por la ventana, y el mandamás de tu trabajo te sale con un pedido inusual al cual reaccionás con sorpresa y vergüenza… pero al cual accedés porque no te atrevés a contradecirlo. Entonces cada centímetro de pollera que sube es una daga en el corazón que sigue penetrándote porque ese tipo – sin ponerte una mano encima – te está forzando, con la mayor de las urbanidades (y eso quizás es lo mas espantoso), a que te desnudes para su regocijo mientras su rostro muta en una expresión obscena.
Ailes no se conformaba simplemente con el voyeurismo de semi-desnudar a sus empleadas; también avanzaba y las obligaba a tener sexo oral. Y quizás lo peor de todo es que sus víctimas entran en el juego tratándolo como si no quisieran ofenderlo (o como si fuera culpa de ellas mismas) mientras se van muriendo por dentro al hacerle un servicio sexual que repudian con toda su alma. Hay una escena en Bombshell que refleja ese sentimiento – de que las mujeres intentan manejar diplomáticamente el acoso, incluso echándose la culpa de que se arreglaron de manera muy atractiva y de que pueden haber despertado sentimientos equivocados en un colega – y es un almuerzo entre una reportera y un anchorman de prestigio, el cual le dice en la cara que si quiere tener oportunidades en su carrera debe dejarlo conocer su habitación de hotel. Los pensamientos de la mujer son terribles – ella sabe lo que significa, lo que pasará, todo lo que viene si dice que no, intenta esquivarlo pero el avance no retrocede – porque, en cualquier otra situación involucrada con dos extraños, la mujer le daría una cachetada, le tiraría la comida encima y lo insultaría públicamente. Pero la sumisión por poder es atroz, porque ese tipo puede hacerte perder el trabajo, porque de la nada salió esa propuesta indecente que jamás viste venir y que tenés que improvisar en el momento – simulando un rechazo amable – mientras tu cabeza se vuelve un infierno. Y porque te das cuenta de que el mundo, tu mundo, tal como lo conocías, puede extinguirse dependiendo de lo que digas en los próximos segundos. La periodista rechaza la propuesta y la venganza es el inevitable despido.
Pero si esas escenas son terribles – incluyendo la llamada de Ailes a Margot Robbie después del primer encuentro, con la rubia deshaciéndose por dentro sabiendo que va al sacrificio, con la mirada cómplice de las mujeres que trabajan para Ailes y saben de que su jefe es un depredador pero que ellas se libran de ser su presa por ser feas o viejas -, creo que lo mas horrendo fue ver a la dupla de abogadas / asistentes de Ailes que le exigen al staff de Fox – incluyendo especialmente a las mujeres – que salgan a apoyar a su desgraciado mandamás cuando una ex reportera del canal – Nicole Kidman, desperdiciada en el papel – le manda una demanda por acoso luego de haber sufrido todo tipo de suplicios y humillaciones por parte de Ailes por no haber querido tener relaciones con él. Digo: esas mujeres saben que el tipo es un depredador, que le hace cosas innombrables a las mujeres y aun así – guiadas exclusivamente por el poder y el dinero, razonando tal como los otros machistas poderosos que había en el canal – deciden ir a presionar empleadas y reporteras (en un accionar cuasi mafioso) para obtener su apoyo explícito sin importarle que una buena parte de ellas hayan sido víctimas. Es una imagen propia de una película de guerra – de esas donde los nazis ocupan una nación y algunos de sus ciudadanos se vuelven fervientes colaboracionistas para obtener los privilegios del poder, aún cuando la fuerza invasora esta mancillando tu nación, yendo contra tus sentimientos naturales de patriotismo y rebeldía… vendiéndole tu alma al diablo por una tajada de poder y autoridad – que resulta igual o mas repelente que las escenas y los relatos de acoso.
Pero todo esto está desdibujado entre charlas, titubeos, chismeríos y un montón de cotilleo político que intoxica el relato y le hace perder foco. La Theron tiene otra perfomance camaleónica y es tan impresionante como irreconocible por el maquillaje, la voz (gruesa, texana, prepotente) y los manerismos que adopta para convertirse en Megyn Kelly, Pero hay también contra ella un dedo acusador, ya que si ella sabía – y fue victima de avances de Ailes que no llegaron a puerto – ella podría haber actuado ya que era una mujer con poder. Solo cuando Gretchen Carlson (Kidman) sale del canal y se va a la guerra contra Ailes su conciencia parece despertar y empieza a hacer trabajo de hormiga para contactar a otras víctimas y acercarlas a la causa. Pero también es un problema del libreto, porque acá el personaje principal debería haber sido Carlson y no Kelly; su única ventaja es la de estar adentro al momento del escándalo y plegarse a la causa en el momento álgido de la misma.
Bombshell tiene formidables perfomances – Theron, Lithgow, Robbie – pero también es un filme decepcionante. El terror de toda la situación se diluye porque el libreto prefiere dibujar una enorme panorámica cuando en realidad precisaba relatos individuales mas precisos y profundos, y dejar el cotillerío político de lado.