El escándalo sirve para exponer y denunciar un sistema podrido, machista, violento y muy tirano. Un medio hostil comandado por gerontes que se creen los dueños del mundo.
En ese sentido la película funciona muy bien y retrata con extrema fidelidad lo que pudimos ver y leer en los medios de comunicación hace unos años sobre este caso.
Ahora bien, el problema del film es que contiene poco cine.
O sea, yo veo más un docu- ficción hecho para la TV que una película en sí misma.
Lo cual no es algo malo, pero no es lo que pretende.
Es una película que busca generar impacto por la coyuntura y lo logra, pero que no aporta nada a la cinematografía.
Esto tampoco quiere decir que todos los estrenos aporten en ese sentido, de hecho, muchísimos no lo hacen. Pero aquí da la sensación de que la pretensión era distinta.
Algo que el director Jay Roach sí había hecho con Trumbo (2015), su película anterior estrenada en cine, que también exponía un hecho real pero con otro vuelo.
Aquí todo es chato y sencillo. Lo que se destaca y motivo por el cual la película adquiere status es por el maravilloso elenco.
La soberbia interpretación (y transformación) de Charlize Theron bien le valieron todas sus nominaciones y reconocimiento.
Y un pequeño escalón más abajo se encuentran Nicole Kidman y Margot Robbie.
No se puede decir mucho más sobre El escándalo. Sirve para aprender (e indignarse) más sobre una atrocidad y ver magníficas interpretaciones.