Radiografía de una época (muy cercana) en un canal de televisión machista, alumbrada por los nuevos paradigmas de la perspectiva de género.
Antes de que las denuncias de acoso y violación por parte del productor de Hollywood, Harvey Wainstein, estallaran por el aire y dieran lugar al movimiento #Me too, hubo otro caso de connotaciones similares, pero en el mundo de la televisión. Los abusos de poder y exigencias de favores sexuales en pos de escalar posiciones en el camino a la fama, ligados a las altas esferas del Canal Fox News. Su director, Roger Ailes (John Lithgow), y algunos de sus allegados, acosaron sistemáticamente a algunas de las empleadas de esa cadena.
Lo que era un secreto a voces empezó a derrumbarse cuando se destapó el caso de Gretchen Carlson (Nicole Kidman), una presentadora estrella a la que le van debilitando su carrera, para finalmente despedirla. Es ella quien denuncia judicialmente al directivo. La incógnita a develar era si más mujeres se sumarían a ella. Finalmente, se prueba que Carlson era la punta del iceberg contra el que chocó Roger Ailes cuando el magnate de los medios y propietario de la empresa, Rupert Murdoch (Malcom McDowell), junto a sus hijos, Lachlan y James, le soltaron la mano.
Megyn Kelly (Charlize Theron) comentarista política de ese canal caracterizado por ser adherente al partido republicano, con su halo de conservadurismo e ideas de derecha, es una de las que recoge el guante. En ese momento se encontraba enfrentada a Donald Trump, por entonces precandidato, por sus comentarios abiertamente misóginos. La tercera mujer importante en la película, es Kyla Pospisil (Margot Robbie), pero el suyo es un rol ficticio que representa a todas aquellas que el mandamás acosó, pero cuyos testimonios no tuvieron la trascendencia de la dinamita que fue encendida por Carlson y que hizo estallar por el aire un comportamiento machista que era, y seguramente sigue siendo, pero asordinado, algo tomado como moneda corriente.
De hombres que se creen impunes y más allá del bien y del mal, y de la caída de un emperador que reinaba entre rubias explosivas a las que hacia vestir con escotes y faldas cortas para presentar noticias, se trata El escándalo. Con su aire de documental (en algunos momentos, las protagonistas hablan a cámara involucrando al espectador) y abarcando un abanico de mujeres de distintas edades y posiciones dentro del canal. Con una maraña de abogados, esposas que miran para otro lado y mujeres que se debaten entre decir la verdad o quedarse sin trabajo.
El guion es de Charles Randolph, aquel de La gran apuesta (The Big Short, 2015), con la que guarda algunas similitudes estructurales, en el sentido de querer ser didáctica en medio del aparente caos. La dirección corre por cuenta de Jay Roach, que se mueve tanto entre la comedia (Austin Powers, La familia de la novia) como en las biografías (Trumbo), lo que le permite ser elástico para plasmar un retrato de una época, sin la perspectiva del tiempo, porque los temas requieren urgencia.
El gran peso de la película es el trío protagónico, especialmente Charlize Theron y Margot Robbie (sus labores tuvieron nominaciones al Oscar). Es de destacar un notable trabajo de maquillaje, ganador del premio de la Academia, sobre todo en los rostros de Theron, Lightgow y McDowell. Las caras de los personajes reales quizás no sean conocidos para el público argentino, pero las caracterizaciones son increíbles.