La política y el poder: sus secretos y enigmas
Los “escritores ocultos” The Ghost Writer, son denostados generalmente y se encuentran casi siempre a la sombra. En la jerga literaria se los llama escritores fantasmas, porque escriben sin firma. Pero los mismos tienen la ventaja de ganar 10 veces más al año, al margen de que escribir por encargo es de algún modo como escribir para uno mismo.
Roman Polanski forma parte del grupo de directores más importantes del cine Europeo. Es una lástima, que el ámbito de lo privado muchas veces ocupe mayor atención que su obra. Poco importa, cómo y por qué se encuentra en Suiza. Lo que sí es relevante: es que en el último Festival de Berlín recibió el Premio a la mejor dirección, dentro de la Competencia Oficial, por este excelente, atrapante y ambicioso thriller político, que costó 40 millones de dólares; gestado a partir de la novela homónima de Robert Harris, con quien escribió conjuntamente el guión.
Esta película de claro parentezco hitchcockiano describe cómo el personaje de McGregor va descubriendo durante su investigación los oscuros secretos de un ex premier que involucran abusos de la CIA, a partir de algunas pistas que había dejado su predecesor en la escritura del libro de “memorias”, quien aparece muerto en la playa durante la primera escena del film, en la costa este de los Estados Unidos. La acción, que no es la característica principal de este film transcurre en su mayor parte en la mansión donde vive Adam Lang (Pierce Brosnan) y su esposa Ruth (Olivia Williams) donde conviven además, su asistente personal y amante Amelia (Kim Cattrall), y una empleada oriental.
Mc Gregor es un tipo cualquiera que, como tantos personajes de Hitchcock se verá atrapado en una peligrosa red de intrigas, en la que se mezclan crímenes de guerra, torturas a terroristas, conspiraciones, asesinatos y personajes poderosos que actúan también en las sombras. La experiencia de Mc Gregor es haber escrito la biografía de un mago. El amigo que lo lleva y lo convence para aceptar el trabajo de reescribir la autobiografía de Lang no sabe que esa misma editorial había anteriormente rechazado la publicación de su trabajo. El argumento que utiliza la esposa de Lang es la estrategia que define su contrato.
El tema del film son los dilemas éticos a los que se enfrenta el escritor, cuando comienza a armar la trama en la que se descubren un grupo de mentiras, que están armadas como un rompecabezas dentro de las 10 las primeras páginas del manuscrito.
Su protagonista después de haber trabajado en films tan diversos como Trainspotting o en la saga de La guerra de las galaxias acepta el gran desafío de trabajar con Polansky. Todos los actores coinciden en que este trabajo fue una experiencia inusual de la cual no sólo han aprendido mucho, sino, de la que además se encuentran orgullosos.
Esta película es sin duda un thriller político contemporáneo inspirado en la figura de Tony Blair, que habla sobre el poder y sobre que le ocurre a una persona cuando comienza a perderlo.
El escritor sin nombre será quien resuelva el o los secretos de la historia y su enigma. Su figura de narrador es un enorme acierto del guión. Allí, de pronto, todo indica que el héroe, hasta entonces, perfecto ingenuo polanskiano, logrará dar vuelta el tablero. Y nosotros los espectadores nos creemos el engaño, olvidando como terminan sus películas.
Directo al corazón: Entrar a la política por amor a una mujer
Este thriller tiene no obstante, mucho de una tragedia Shakesperiana, donde un hombre es atrapado por una mujer con la que vive hace años, pero a la que realmente no conoce. Una especie de Lady Macbeth del 2010.
La vuelta de Roman Polanski al cine de suspenso, luego de los dramas "The Pianist" y "Oliver Twist", demuestra, que el director europeo sabe manejar este género como pocos.
Algunos podrán ver en este nuevo trabajo del director de El bebé de Rosemary o Barrio Chino un buen ejercicio de estilo.
Reivindico a El escritor oculto como un film potente e inteligente tanto en el desarrollo de la acción, como en la más que interesante construcción de sus diálogos.
Hacia mucho que no salía del cine con la sensación de desear que el film continuase, no porque el final no fuese bien al estilo maravilloso de Roman Polansky. Sino por la sabiduría que radica en generar intriga en igual grado de tensión, casi sin apelar a la acción, manteniendo al espectador más de dos horas pegado a la butaca. No es que en El escritor oculto no pase nada, sino que lo que pasa y los efectos de todo ello transcurren más en la mente del espectador que en escena.