Intrigas en el papel
Uno de los directores más importantes de la cinematografía mundial, tanto por su obra como por su cuestionada vida personal, vuelve con un thriler político cargado de suspenso que combina a la perfección todas las cualidades de un género con el sello característico de un consagrado realizador.
Basada en la novela EL PODER EN LA SOMBRA (THE GHOST) del autor Robert Harris, el film narra la historia de un Escritor profesional, encarnado por Ewan McGregor, que es contratado para escribir anónimamente la autobiografía de un ex primer ministro ingles interpretado por Pierce Brosnan.
Pero la sospechosa muerte de quien comenzara a escribir las memorias y fuera por muchos años ayudante del ex funcionario, mas la repentina acusación del mismo ante la justicia por crímenes de guerra, serán determinantes para componer un relato donde la intriga y el suspenso ganan la escena.
Con un guión cuidadosamente elaborado, diálogos precisos y un relato sencillo -a la manera del genial Hitchcock- el film va acaparando desde el comienzo la atención del espectador y dosificando hábilmente cada cuota de suspenso, ubicándonos en la posición de un personaje que ira mutando de escritor free lance a investigador y pieza esencial de una conspiración en la que nada es lo que parece y la sospecha sella cada momento del relato.
El director de grades films como El bebé de Rosemary (1968) o Barrio Chino (1974), vuelve en El Escritor Oculto a demostrar sus grandes dotes de cineasta, retomando aquellos films marcados por la Guerra Fría que signaron todo un género y una época como La ley del silencio (1954), El Espía que surgió del frío (1965) o Intriga internacional (1959), pero adaptándolos a un nuevo escenario político con temas de la más absoluta actualidad, e introduciendo a la ves nuevos verosímiles desde la puesta en escena vinculados a una nueva realidad tecnológica y cultural –Vasta con ver la escena donde el GPS de la camioneta se convierte en un nuevo elemento narrativo que contribuye a la intriga y mantener el suspenso a la vez que permite el desarrollo de la historia.-
Roman Polanski se vale de estos elementos para construir un relato sólido, y lleno de suspenso donde cada uno de sus personajes, sea por su aspecto, diálogos o gestos, esconden cierto halo de misterio y sospecha que contribuyen a crear un mundo de mentiras y verdades ocultas que solo develaremos al final.
Vale destacar las actuaciones de Ewan Mc Gregor, en la figura de un escritor que por reglas del mercado debe ocultar su nombre y se vera en el centro de la historia cuando decida tratar de resolver un acertijo que lo pondrá entre la vida y la muerte; y un aceptable Pierce Brosnan en el papel del ex ministro atrapado por su propio ego y manipulado por Olivia Williams (en el papel de su esposa) que logra, cual espía profesional, conmover y ocultar al mismo tiempo su telaraña.
La fotografía y puesta en escena cuidada hasta el mínimo detalle que logra transmitir la frialdad que suscriben las relaciones de sus personajes, y una excelente banda de sonido que se vuelve pieza fundamental del film y un personaje mas que por momentos nos transporta a aquellos films de los 50 - mas precisamente aquella música de crímenes que supo imponer el compositor Bernard Herrmann, colaborador inseparable de A. Hitchcock - y en otros toma las riendas del relato distrayendo nuestras sospechas o preparando el terreno para una nueva mentira o descubrimiento, consuman un film que explota todo el potencial de un genero donde la mentira, el poder, la ambición, el engaño y la traición condicen de maravilla con la historia política que cuenta.