Algo poco usual en las adaptaciones de comics es que el director sea también el único guionista. Esta nueva “El escuadrón suicida” es una película escrita y dirigida por James Gunn, quien con “Guardianes de la galaxia” mostró el lado más psicodélico y lunáticamente divertido de Marvel, y ahora se pasa de bando para hacer algo parecido con DC Comics, lo que en parte consigue. Los protagonistas en cuestión, un escuadrón de antisuperhéroes, son una pandilla de villanos psicópatas, lo que lógicamente da un toque más siniestro y ultraviolento, no muy diferente de lo que se había visto en “Guardianes de la galaxia”, aunque sirve para aprovechar las raíces de James Gunn cuando trabajaba para el sello de películas de culto clase Z Troma Inc.
El toque Gunn no le queda nada mal a este “Suicide Squad”, que empieza por eliminar todo vestigio del film sobre los mismos personajes filmado en 2016, opción de borrón y cuenta nueva que ya ha tenido mucha aceptación con otras adaptaciones de comics al cine, incluyendo a Spiderman. La que sí tiene un pasado visible es Harley Quinn, es decir la novia del Guasón ya interpretada en “Birds of Prey” por la talentosa Margot Robbie, quien sin duda es el mejor de todos los personjaes del film, probablemente junto al feroz Bloodsport encarnado por Idris Elba. Luego la trama sobre el escuadron reunido para infiltrarse y acabar con los horribles experimentos que se llevan a cabo en la isla latinoamericana de Corto Maltese (rara referencia al clásico comic europeo de Hugo Pratt, que poco tiene que ver con DC) da para todo tipo de situaciones tan sangrientas como divertidas, con picos de humor negro a la altura de lo mejor de los “Guardianes” de Gunn. Sólo que la película, que supera las dos horas de duración, se estira demasiado por momentos y no siempre aprovecha de la mejor manera a excelentes actores de reparto como Viola Davis. Tanto los rubros técnicos como el sonido y la música son excelentes e imaginativos.