Villanos al rescate
Un grupo de antihéroes de DC cómics tiene en esta, su película, la chance de redimirse y jugar para la Justicia.
Que sólo quedan villanos, distintas clases de villanos, es casi una metáfora de este mundo. En Escuadrón suicida, emergente de la exitosa avalancha de filmes inspirados en historietas clásicas, estamos frente a una reagrupación libre de los personajes más diabólicos de DC cómics, muchos de ellos debutantes en el cine. Claro que deberán redimirse para equilibrar las pulsiones de este universo sin ley, eso es lo que ocurre en el filme de David Ayer (Corazones de hierro): los malos, los villanos del cómic, reclutados justo a tiempo para enfrentar una misión contra el apocalipsis, descubrirán algunos de sus matices humanos puestos al servicio del bien. ¿Del bien?
Temen una amenaza metahumana, un superhéroe que se cambie de bando quizá. Y por eso la inteligencia estadounidense, encarnada en Amanda Waller (Viola Davis), arma un equipo secreto con media docena de reclusos famosos. Son una amenaza y son una salvación. En el armado de ese equipo Ayer sufre el primer traspié, en una soporífera presentación prontuariada y su decálogo de maldades.
El argumento es viejo. Además, la fascinación y la empatía demoran demasiado en aparecer, y las andanzas del escuadrón se vuelven apenas sobrellevables en la abundancia de unos efectos especiales innecesarios y confusos, entre batallas impersonales.
La salvación llega por los destellos actorales, personajes bien construidos principalmente para Margot Robbie y Will Smith. Sobre todo ella en su papel de Harley Queen, pura belleza, maldad y paranoia acompasada por un histrionismo fresco y divertido. Muy por encima de su amor El Guasón, interpretado por un Jared Leto que pide más tiempo en pantalla.
Hay moralina en cantidades realistas, puntos débiles para la los villanos. La mirada política tampoco es ingenua, habla de una tercera guerra mundial y de un mundo en riesgo por la operación de inteligencia que pretendía salvarlo.
El filme crece al final, tras una trama desordenada, un argumento mínimo, algunos villanos prevalecen. Esperemos la secuela, que sólo puede mejorar.