Escuadrón Suicida es una película que va a ser más disfrutada por el público general al que no le interesan los cómics, pero disfruta estas propuestas en el cine y simplemente busca un pasatiempo entretenido.
Seguramente el fandom que entiende que DC es un equipo de fútbol y hay que defenderlo sin importar los desastres que se hagan con estos clásicos personajes, saldrá a defenderla con argumentos insostenibles que cuestan tomar en serio a la hora de analizar esta producción.
Por cierto, una tarea complicada la defensa de esta película ya que nuevamente tendremos que esperar a que se edite el corte del director en dvd para conocer la verdadera visión del cineasta David Ayer (En la mira)
Este film que llega a los cines es una versión mutilada por el estudio, que en su desesperación por levantar la imagen negativa que dejó para DC Batman Vs. Superman, intentó cambiar el perfil del Escuadrón Suicida.
El resultado es un pastiche incoherente en el que se nota claramente que el director tenía una visión de la película y los ejecutivos de Warner otra muy diferente.
Más allá de los problemas de edición, donde se evidencia que cortaron muchas escenas que desarrollaban las relaciones de los personajes, la idea central del guión es muy pobre.
El Escuadrón Suicida podría haber sido un thriller apasionante que le rindiera tributo Doce del pátibulo (el film de Robert Aldrich que inspiró el cómic), pero en su lugar nos encontramos con una película génerica de superheroes que no logra ofrecer nada nuevo con el equipo que conforman estos villanos.
La idea de que una bruja poderosa (un criminal desaprovechamiento de La Encantadora) abra un portal mágico y cree una amenaza para destruir el mundo es una idea boba que no sirve para el escuadrón. Ese mismo conflicto lo podrían resolver Flash o Wonder Woman en cinco minutos.
No es necesario acudir al Escuadrón Suicida que usualmente se dedica a trabajar misiones clandestinas para el gobierno norteamericano.
Este tipo de conceptos o escenas como en la que Amanda Waller (Viola Davis) mata gente con armas de fuego son los mejores ejemplos que los productores de estos filmes, con Zack Snyder a la cabeza, no tienen la menor idea de como adaptar el mundo de DC en el cine.
La película de David Ayer no es mala, sería exagerado calificarla de esa manera, pero resulta muy decepcionante porque el potencial que tenía el concepto de la historieta era enorme y no lo supo explotar.
En su film todo se ve forzado, desde los breves diálogos humorísticos hasta el desastroso uso de la banda de sonido que presenta temas musicales populares sin ningún tipo de criterio.
Las canciones suenan con la intención de ponerle un poco más de onda al film, pero la música nunca está en sintonía con las imágenes que se ven en la pantalla. ¿Qué tiene que ver un villano clásico de Batman como Killer Croc con Creedence?
El uso de las canciones son invasivas en la narración y su inclusión carecen de un criterio definido.
Dentro del reparto, Margot Robbie parece haber sido la única artista que se tomó la molestia de investigar su personaje para componerlo luego a través de su interpretación.
Harley Quinn no tiene razón de ser en esta historia ni en la versión reciente de los cómics del escuadrón, pero la actriz sacó muy bien los distintos matices de una de las villanas más complejas de DC. No es fácil en un film como este que presenta tantos personajes desarrollar un rol como Harley y sus escenas son las más interesantes de esta producción.
Will Smith también brinda una actuación decente pero lamentablemente su ego fue más fuerte y nunca se la jugó a la hora de interpretar a Deadshot, un villano fascinante.
En el film de Ayer, Floyd Lawton es un anti-héroe con el corazón de oro que despierta simpatía desde las primeras escenas. En otras palabras, todo lo que no debería ser Deadshot. Algo muy lindo del personaje es que siempre fue un asesino implacable y complejo que cada tanto sorprende con algunas expresiones de humanidad que desconciertan a sus compañeros.
Smith nunca exploró a fondo la oscuridad del villano y obviamente apenas usó la máscara, ya que su rostro debía verse todo el tiempo en la pantalla. Hay que tener una seguridad interna muy grande, como Karl Urban en Dredd, para bancarse un personaje que vive enmascarado.
Otros papeles que estuvieron muy bien trabajados son Katana y el Capitán Boomerang que ofrece la primera actuación decente de Jai Courtney (Duvergente). El resto de los personajes tienen roles muy limitados o estuvieron a cargo de los actores equivocados.
El mejor ejemplo de esta cuestión es Joel Kinnaman como Rick Flagg, quien carece del carisma necesario para interpretar al líder de Escuadrón Suicida. Tom Hardy, quien fue la primera opción del director Ayer hubiera hecho un trabajo superior. Kinnaman es un buen actor pero no tiene la presencia en la pantalla que requieren estos papeles.
Con respecto al Guasón de Jared Leto en lo personal me pareció decepcionante porque interpretó a cualquier otro psicópata, menos al clásico enemigo de Batman.
La intención de retomar la raíces gángsters del personaje fue noble, pero Leto en esta interpretación lo llevó a un extremo algo exagerado.
El Guasón parece el hijo cocainómano de Tony Montana más que ese villano anárquico tan apasionante que sobresale en los cómics.
La caracterización de mafioso de Miami y su actitud de seductor tampoco ayudan a que uno se enamore de esta versión que propone el actor.
No obstante, creo que hay que darle una oportunidad a Leto en otra película donde su participación tenga un sentido concreto dentro de la historia.
En esta producción tuvo un rol muy breve y ni siquiera pudo desarrollar el personaje.
El Escuadrón Suicida tiene una primera parte interesante cuando se presentan a los integrantes del equipo, pero una vez que se introduce a los villanos en el conflicto principal el film decae por completo.
La película se centra exclusivamente en la acción para resolver rápido la trama y apenas se llegan a desarrollar el concepto del escuadrón y las relaciones entre los personajes.
Es muy probable que si se edita a versión extendida, la obra de David Ayer resuelva esta cuestiones que afectaron el corte para cines.
Reitero, El Escuadrón Suicida es una película entretenida para pasar el rato, pero no ayuda a levantar el sentimiento de decepción que generaron hasta ahora las producciones de DC cómics en el cine.
Queda en manos de la Mujer Maravilla conseguir que estos personaje apasionantes de la cultura popular vuelvan a brillar en la pantalla grande.