La cosa es más o menos así: aparentemente, Superman muere tras batirse con Batman en el film de Zack Snyder. El murciélago está retirado; Ciudad Gótica necesita protección. La agente Viola Davis (Amanda Waller) recluta a un puñado de villanos recluidos en una celda de máxima seguridad, prometiendo reducción de la pena a cambio de un servicio prestado. Así se juntan, entre otros, el francotirador Deadshot (Will Smith), el incendiario Diablo, el lagarto mutante Killer Croc y la psicótica novia del Guasón, Harley Quinn (Margot Robbie), para enfrentar a una diosa exótica, que toma el cuerpo de una agente (Cara Delevingne) para dominar al mundo. Es la X-Men de DC, anémica como toda copia. El promocionado Guasón de Jared Leto aparece en lo que califica como cameos premium, lo mismo que el Batman de Ben Affleck, anunciando que lo fuerte (digamos) estaría por venir. Mucho estampido y pop flúo, pero, en el fondo, el cine quiere emular a las series.