Un equipo de villanos que asusta poco
En marzo, hace sólo unos pocos meses, vimos cómo “Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia” (2016) fracasaba estrepitosamente. No como producto, ya que anduvo muy bien en recaudaciones, sino como obra en sí misma. Sí, la fue a ver todo el mundo, pero a la gran mayoría no le gustó nada. Eso hizo que todas las alertas se encendieran en DC/Warner porque, claro, no basta solamente con recaudar toneladas de dinero porque, en algún rinconcito de esos corazones a los que les encanta contar billetes, también quieren que sus películas gusten. Así, como le pasa a sus primos de Marvel/Disney. Es por eso que Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 2016) viene con varios cambios respecto de su predecesora: más humor, más optimismo, más luz, todo más “pop”, si se quiere. Y obtuvieron un producto mejor -por muy poco-, y que seguramente destrozará la taquilla mundial. El problema es que este largometraje sigue teniendo las mismas fallas que sus antecesoras.
Este filme comienza inmediatamente después de los hechos ocurridos en “Batman vs. Superman”. El gobierno no tiene muy claro qué hacer ante la visita de alienígenas, porque Superman demostró ser bueno pero el próximo podría no serlo y el Hombre de Acero no está más en el mapa para interceder. Hay alguien que viene con una solución y esa es Amanda Waller (Viola Davis), la líder de una agencia gubernamental que opera bajo las sombras y ha estado ideando un plan: reclutar a los villanos más peligrosos del planeta, formar un equipo, y que trabajen para ellos realizando las misiones más peligrosas.
Primero no obtiene el permiso, pero cuando una amenaza sin precedentes se cierne sobre la ciudad el grupo entrará en acción. Ellos son: Encantadora (Cara Delevingne), Deadshot (Will Smith), Harley Quinn (Margot Robbie), Diablo (Jay Hernandez), Boomerang (Jai Courtney), Slipknot (Adam Beach) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje); a los cuales se sumarán Katana (Karen Fukuhara), la guardaespaldas del líder Rick Flag (Joel Kinnaman), que responde a Waller. A todo esto, hay un payaso maldito (Jared Leto) que anda dando vueltas por ahí con la idea de recuperar a su verdadero amor: Harley Quinn.
“Reyes de la calle” (2008), “En la mira” (2012), “Corazones de hierro” (2014), el director y guionista David Ayer tenía buenos antecedentes como para encarar un largometraje como éste. Pero algo debe haber pasado en el medio. Al filme se lo ve “tocado”, como si las escenas adicionales que dijeron que le agregaron hubieran sido metidas con fórceps y sin ninguna lógica a la historia. Hay una presentación de personajes floja, centrándose bien sólo en algunos (El Guasón, Harley Quinn, que seguramente veremos en otro filme), tiene problemas de edición, las escenas de acción no son buenas y tampoco es muy convincente la elección de los actores. De este engendro pueden salir bien parados Viola Davis –la mejor, sin dudas–, Will Smith y Margot Robbie, porque los demás tampoco interesan tanto.
Con los años tal vez descifremos el enigma de porqué incluyeron a este Guasón tan “pintoresco” y poco atractivo, sin mucho que hacer en la película. Lo cierto es que no es tan mala como su antecesora y es más “disfrutable”, pero con muchas ganas y siendo condescendientes. Hay escena final para darnos pie a lo que viene, por supuesto. Y no mucho más.
Después de tanta espera finalmente el Escuadrón Suicida llegó a los cines, sólo para inmolarse frente a nuestros ojos.