Villanos perdidos en pantalla
La idea era hacer una película que diera vuelta la moneda y mostrara en primer plano a los villanos como protagonistas y a los superhéroes como personajes secundarios. Y tal vez ese film hubiera sido divertido, refrescante y diferente de lo que acostumbran a realizar Marvel y DC Comics. Pero esa película no existe.
Escuadrón suicida no es mucho más que un mazo de cartas dedicado a los malos del universo de Batman y Superman en el que se comparan sus habilidades y características para descubrir quién es el mejor o el peor de todos.
El argumento del film escrito y dirigido por David Ayer (Corazones de hierro) imagina que ante los desastres cometidos por Batman y Superman en la película anterior, una agencia gubernamental secreta no encuentra otra solución para controlar futuras amenazas que armar un escuadrón integrado por los más malos entre los malos. Un equipo de asesinos a sueldo como Deadshot (Will Smith), hábiles criminales como Boomerang (Jai Courtney) y Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), un extraño superhumano con la capacidad de prender fuego todo (Jay Hernandez), una psicópata tan letal como seductora (Margot Robbie), además de una bruja milenaria (Cara Delevingne) que podrían no tener tan controlada como imaginan.
Luego de una presentación de personajes que hace pasar a la edición desprolija y fragmentada por marca de estilo, la escasa lógica del relato empieza a desvanecerse entre repetidos flashbacks. Ahí aparece el Guasón en versión punk y tatuada interpretado por Jared Leto, tan lejos del siniestro villano de Heath Ledger como del divertido bufón de Jack Nicholson.
La buena mano de Ayer para contar historias realistas y violentas sobre hombres en conflicto con su medio ambiente se pierde acá entre situaciones artificiosas tan sombrías como incoherentes. Si por momentos aparece un espíritu irreverente y legítimamente entretenido es gracias al talento y el carisma de Will Smith y Margot Robbie, los únicos dos intérpretes que parecen saber qué hacer con el débil material pergeñado por el estudio que, enfocado en ganarle la batalla a Marvel, se olvidó que lo suyo es hacer películas.