Crónicas terrestres
Los japoneses, a través de la animación, fueron los primeros en reconocer la importancia de la producción para adolescentes. En la actualidad las obras protagonizadas y dirigidas a este segmento están en pleno auge, tanto en la literatura como en el cine, surgiendo obras anodinas, como la saga de Crepúsculo, o películas con una trama más profunda, como Nerve (2016), de Henry Joost y Ariel Schulman.
En El Espacio entre Nosotros (The Space Between Us, 2017), un proyecto aeroespacial privado asociado a la NASA logra financiar una misión tripulada a Marte con el fin de habitar una colonia recientemente creada, la Texas Este. En camino hacía el planeta rojo, la comandante Sara Elliott (Janet Montgomery) descubre que está embarazada, lo que causa un gran revuelo entre los directores de la misión, que debaten que hacer ante la situación. Finalmente el director, Nathaniel Sheperd (Gary Oldman) decide que el niño debe ser criado en Marte, ya que es muy probable que no pueda sobrevivir el viaje a la Tierra debido a su débil estructura ósea, producto de su gestación en el espacio.
Tras dieciséis años confinado en Marte, Gardner (Asa Butterfield), el primer ciudadano marciano, cuya existencia es un secreto para la opinión pública, ansia conocer la Tierra y a su amiga virtual que vive en Colorado, Tulsa (Britt Robertson), con la que conversa por chat y su deseo se hace realidad cuando se le ordena retornar a la Tierra en la próxima nave.
Con reminiscencias argumentales a Starman (1984), uno de los iconos de John Carpenter, y a la reciente Mi Novio es un Zombie (Warm Bodies 2013) de Jonathan Levine, el film de Peter Chelsom –Señales de Amor (Serendipity, 2001)- crea una historia sobre la búsqueda de los sueños imposibles. Cada personaje ambiciona aquello que no puede tener, creando una trama clásica de superación de la adversidad bajo la premisa romántica que reza que la juventud busca redimir los errores de los adultos, generando un nuevo comienzo y una nueva oportunidad de llegar a la tan esquiva felicidad negada a las generaciones anteriores.
El guión de Allan Loeb se basa en una historia escrita por Stewart Schill, Richard Barton Lewis y el propio Loeb y plantea una mezcla de ciencia ficción con comedia de enredos y amor adolescente que logra cautivar con su simpleza y una narración ágil sobre el encuentro entre dos mundos agregando pequeños detalles interesantes y guiños a films como Las Alas del Deseo (Der Himmel über Berlin,1988), uno de los mejores films del realizador alemán Wim Wenders.
El Espacio entre Nosotros logra crear atmosferas que envuelven todas las emociones del film, aunque por momentos se extiende demasiado en escenas que podrían resumirse, diluyendo así algunos climas en la redundancia. Las buenas actuaciones de todo el elenco y una historia que no se centra solamente en el relato adolescente sino que contrapone de forma inteligente la narración de los adultos de los errores que generaron al conflicto que jóvenes deben afrontar, configuran este film de ciencia ficción que aunque no plantee una historia original ofrece una historia solida que apela a aquellos que buscan algo distinto y son capaces de tomar riesgos para lograr su meta.