Llega a la cartelera esta opción estilo novela YA (jóvenes adultos) de género fantástico que tan bien ha pegado últimamente con títulos tales como la saga Los Juegos del Hambre o muy mal con como con la saga Divergente.
Claro que esos pertenecen al subtipo del género futuro distópico porque también ha habido adaptaciones sin el elemento fantástico tal como fue con Bajo la misma estrella (2014).
Este estreno es un caso particular porque no se trata de ninguna adaptación sino que es una historia original. La cual podemos situar justo en el medio de los ejemplos citados.
Hay un amor adolescente, situaciones adversas y un elemento fantástico, por lo tanto cumple con todas las reglas establecidas.
Si bien la película no me encantó salí satisfecho del cine y creo que todos los buenos consumidores de este tipo de propuestas lo harán a pesar de los problemas que tiene el film.
Con esto me refiero a que no está muy bien balanceada la historia de amor con el resto de lo que se cuenta. O sea, el vínculo de los personajes tiene un principio muy desordenado y cuesta entrarle. Pero una vez pasado eso se disfruta mucho.
Por otro lado, como se trata de una producción menor los efectos especiales no están a la altura y se nota.
Pese a ello, el director Peter Chelsom, responsable de la genial Serendipity (2001) manejó bien la puesta y al elenco.
Britt Roberston se encuentra entre los mejores nuevos talentos que han surgido en Hollywood en los últimos tiempos y ya había demostrado mucha belleza y simpatía teen en una joya no estrenada en Argentina llamada The first time (2012), y aquí hace algo similar. Mismo es el caso de Asa Butterfield, cuyo curriculum es aún más extenso.
Gary Oldman correcto como siempre pero aquí no se luce, pero tampoco era su lugar.
Me enganché con la historia y con los personajes, me hicieron sentir cosas y acompañarlos en la aventura pese a las cursilerías y clichés en los cuales caen.
Este tipo de películas son un clásico y son necesarias. Son mucho mejores sin los elementos de ciencia ficción y hay un gran mercado para ellas al igual que sucedía en la década del ochenta.
El espacio entre nosotros es un film para adolescentes pero que también pude ser disfrutado por otro público, como quien escribe. Para pasar un buen rato.