Lo mejor que se puede decir de este extraño film es que muestra, de una manera bastante amena, los detalles pintorescos del folklore en los que cree firmemente la población de un pequeño pueblo escondido en la provincia de Buenos Aires, El Dorado. Desde las prácticas típicas del curanderismo para el empacho, o las frotaciones que se pueden hacer con un sapo para el dolor de muelas hasta el más grave mal al que se refiere el título, el espanto, especie de histeria que, como dicen estos pueblerinos, sólo suele darse en mujeres, y que nadie sabe curar, salvo el misterioso y hosco Jorge, un curandero de aspecto siniestro. Todas las prácticas van siendo explicadas y en algunos casos también mostradas.
Durante la primera media hora "El espanto" funciona bastante bien ya que sus descripciones son insólitas y a veces graciosas, además de que el ritmo narrativo es ágil y el asunto genera interés. Pero a medida que avanza la proyección el tema se dispersa, las entrevistas empiezan a cambiar de tópicos y toda la película se desenfoca. Por otro lado no se entiende del todo bien el objetivo de los codirectores, aunque con un poco de optimismo podría explicarse este proyecto como un curioso ejercicio herzogiano, claro que sin Wener Herzog. Atrapará a los interesados en el folklore del campo argentino.