A "El especialista" no la salva ni Jason Statham
Hay que ser muy perezoso para arruinar una película protagonizada por Jason Statham. El actor inglés ya demostró que puede sacar del pozo cualquier mamarracho que un grupo de inversores internacionales considere que es un guion. Pero no le pidan lo imposible. La pereza de El especialista es tan visible que a través de la pantalla uno casi puede leer las mentes de quienes depositaron sus millones para producirla: Statham sumado a Jessica Alba y multiplicado por Tommy Lee Jones, ¡boom garantizado! La ironía es que la recaudación no estuvo a la altura de los cálculos, y difícilmente recuperen los 40 millones de dólares declarados en la producción.
Moraleja: está bien que te guste el dinero, pero debería gustarte un poquito el cine también para que el negocio sea divertido para todos. El especialista es una secuela de El mecánico. Es decir: sus antecedentes no eran nada auspiciosos. De hecho, lo que en aquella película aparecía como sintomático (clichés, corrección política y sentimental, falta de ritmo) aquí adquiere la dimensión de una enfermedad terminal. Y esta vez el director es el alemán Dennis Gansel, que tanto escándalo generó con La ola.
Lo más evidente es que una buena parte de los 40 millones de dólares deben de haber salido de las arcas de las oficinas de turismo de Brasil, Malasia, Tailandia, Australia y Bulgaria.
La belleza de tarjeta postal con que se muestra Río de Janeiro en los minutos iniciales, por ejemplo, resulta más inverosímil que las proezas físicas, mecánicas y electrónicas del personaje de Arthur Bishop, el asesino a sueldo con ganas de jubilarse que compone Statham. Todo reluce, todo está limpio, todo tiene esa pulcritud que sólo exhiben los estudios de publicidad y no las ciudades donde hay favelas.
Pero si la fotografía es de un satinado incandescente (¿o indecente?), la narración se desarrolla a través de un esquema tan básico de dificultades crecientes que habría que retroceder varias décadas en la historia de los videojuegos para encontrar algo comparable.
Bishop debe matar a tres capos internacionales del tráfico de armas si quiere salvar a la chica que, en menos de una semana de convivencia, le ha ablandado el corazón con su currículum de benefactora de huérfanos asiáticos y su anatomía latina siempre a punto de hacer saltar el botón del escote.
Muchas escenas en el mar, muchas muertes tipo muñeco que cae, peleas cuerpo a cuerpo, tiroteos y una cantidad aceptable de explosiones hacen de El especialista una especie de maqueta de película de acción a la que la presencia de Statham no alcanzó para insuflarle algo parecido a un alma.