UN MECANICO A DOMICILIO QUE NO SIEMPRE TE MATA
Desde que Guy Ritchie lo reinventara como personaje de acción en Juegos, trampas y dos armas humeantes o en Snatch, el ex atleta y ex modelo publicitario Jason Statham nos viene dando parejo en cuanto a la imposición de personajes de similar estructura pero con ciertos matices o diferencias que le permiten experimentar en sus capacidades actorales, en apariencia limitadas. Tal es el caso de sus villanos despiadados (Celular, Rápido y furioso 7), los hombres de perfil psicológico atormentado (Redención, Revolver) o los héroes jocosos y satíricos (Crank, Spy: una espía despistada). Pero volviendo a lo seguro lo que más rédito le da es jugar al héroe de acción más convencional como en El transportador, Los indestructibles o Carrera contra la muerte. El especialista: resurrección no es la excepción ya que si bien habla de la historia de un asesino (un “mecánico” en el título original) que se especializa en matar por contrato de modo que “parezca un accidente” siempre termina obedeciendo a una reserva moral propia que genera empatía inmediata como para convertirlo en héroe. La primera entrega del 2011 ya era una remake del film homónimo de 1972 The mechanic, en la que el personaje central era interpretado por Charles Bronson y, a decir verdad, cuesta distinguir entre el film de Michael Winner (director de la saga de El vengador anónimo) y el de Simon West que no hace más que aggiornarlo agregándole el ritmo del cine de acción del nuevo milenio.
En la anterior entrega Arthur Bishop (Statham) era puesto a prueba a la hora de tener que matar por encargo a su mejor amigo (Donald Sutherland) y así logra ganarse la rivalidad de su hijo (Ben Foster), para terminar solucionando las cosas a su modo y desaparecer del radar, dado por muerto como no podía ser de otra manera. En esta, ya retirado en un lugar paradisíaco de Brasil y con nueva identidad, se lo tienta nada menos que con Jessica Alba como cebo para que caiga en la trampa de la doncella en peligro y así acceda a volver al trabajo que consiste en eliminar a tres blancos estratégicos a los que se presenta como gente muy mala sin la cual tendríamos un mundo mejor. Pero uno de ellos, un traficante de armas multimillonario (Tommy Lee Jones), lo hace recapacitar en la finalidad de quien lo manipula para que lo elimine y allí es donde surge esa reserva moral de la que les hablaba, que hace que nuestro asesino acabe siendo el héroe.
La película del alemán Dennis Gansel, cuyo mérito mayor fue el de habernos regalado La ola (Die welle, 2008), no arriesga demasiado en lo que sabe debe manejar sin demasiadas innovaciones. Desde el guión juega a destapar las obviedades desde el principio casi en tono de broma o juego cómplice con el espectador para que luego terminen corroborándose en una maraña de extorsiones, traición y habilidades sobrehumanas que sólo pueden marcar una diferencia en base al realismo en cada situación de acción explícita. Porque es realista que Jessica Alba parezca una damisela sufrida en apuros, que se ocupe de tareas humanitarias aunque sea el más grande cliché y que alguien la use para enamorar a este duro tan difícil de engañar por aquello de lo poderoso e invencible de la feminidad frente a otras cosas como las yuntas de bueyes o los ejércitos de mercenarios armados hasta los dientes, pero en realidad a lo que me refiero es al realismo de las escenas de acción. Hay dos cosas que esperamos en una película con Statham: que se quede en cueros en medio de una rueda de agresores que vengan a pelearlo de a uno, y que haga malabarismo con toda clase de armas y partes del cuerpo de sus oponentes hasta hacerles crujir sus huesos. El especialista: resurrección cumple en eso con creces y con una muy buena edición de imagen y sonido nos logra meter de lleno en la peligrosidad que vive la pareja protagonista, ya sea tierra adentro o en un lujoso yate. No se explica cómo de repente el pollito mojado y asustado al que interpreta Jessica Alba se convierte en una rehén que sabe pelear mejor que cualquier maestra promedio y causarles problemas serios a la gente que se dedica a lidiar con presas mucho más peligrosas, pero no deja de ser un detalle de color que completa absurdo por verosímil y cumple su función. Es destacable el cambio de look y simpatía del personaje de Tommy Lee Jones -la villanía le sienta mejor que los amargados agentes de gobierno que le toca interpretar siempre-, así como el desperdicio de Michelle Yeoh, ícono de acción del cine de artes marciales y ex chica Bond a quien aquí no la vemos más que hacer de celestina entre Bishop y su nueva amiga.
El especialista: resurrección no es ni más ni menos de lo que se espera de ella, también asegura en todo caso una nueva entrega si se mantiene cierto nivel o en todo caso si Statham no se aburre de la saga como le pudo haber pasado con El transportador, si no es que consideró que pasar de chofer a mecánico fuese un verdadero ascenso.