Statham sigue siendo el gran heredero de los aventureros forzudos y un poco –o un mucho– al margen de la ley de los años ochenta. Aquí a su “mecánico” (el tipo que mata pero hace que todo parezca un accidente) lo obligan a tres trabajos para salvar la vida de la persona que ama. Y ahí está la creatividad a la hora del entretenimiento de tiros, buenos y malos, y la velocidad total que Statham garantiza.