Renovación y cambio (con coda sobre el INCAA)
Vuelvo a ser enfático: hay que ver El estudiante, de Santiago Mitre. ¿Usted le tiene miedo al cine argentino? ¿Teme aburrirse? ¿Tiene miedo de la abulia de los personajes? ¿De los guiones a medio cocer y mal cosidos? ¿Le tiene miedo al cine argentino independiente? ¿Cree que las carencias de presupuesto generan necesariamente películas pobres? No tenga miedos, no tenga dudas: El estudiante es una película pletórica de ideas, entretenida, aguda, inteligente, con gran ritmo. Una película rica hecha con mucha menos plata que Mi primera boda, una película pobre. Repito: hay que ver El estudiante.
El estudiante es la historia de Roque, un joven que llega a la Universidad de Buenos Aires y comienza a militar en política. Los detalles no se los cuento, pero hay atracciones, romances, peleas por el poder, traiciones, seducciones, trampas. Hay algo de Buenos muchachos, de Scorsese: alguien tiene talento, poder de seducción, habilidad, ambición para escalar los peldaños de una organización. A Mitre le gusta el cine de Jacques Audiard, director francés con buenas dosis de Scorsese. A Scorsese, seguramente, le guste El estudiante. Tal vez Scorsese la vea en el festival de Nueva York, porque su documental sobre George Harrison está en la misma sección que El estudiante. El New York Film Festival es un festival selectivo, de pocas películas, en general de nombres consagrados más algunas novedades rutilantes. El estudiante, un verdadero thriller político, con un final extraordinario, con diálogos brillantes, es una de las novedades más relevantes del cine mundial en 2011. De eso se dieron cuenta también, entre otros, los festivales de Locarno y Toronto.
Mientras, tanto, en Argentina… El estudiante se estrena esta semana. De esta manera, según dice el mail de prensa: 2 salas (TEATRO GENERAL SAN MARTÍN, SALA LUGONES). Funciones Lugones: desde el jueves 1°al lunes 5/9 a las 14:30, 17, 19:30 y 22h, y resto del mes viernes, sábados y domingos a las 22h. Funciones MALBA CINE (Av. Figueroa Alcorta 3415): jueves 22h durante todo el mes. Ah, Usted pensará: es un estreno minoritario, exclusivo para seguidores acérrimos del cine independiente argentino. No, repito, es una película fascinante, atrapante, con atractivos potenciales para públicos más amplios (incluso para muchos que no fueron jamás ni al Malba Cine ni a la Lugones). Pero se estrena así, de forma limitada, casi sigilosa. ¿El INCAA no tiene posibilidades legales, técnicas y reglamentarias para apoyar e impulsar esta película generando copias en 35mm para que llegue a más salas, a más gente, a más lugares del país? Bueno, pues debería tener esas posibilidades. Debería orientar sus políticas para tener herramientas para poder reconocer y amplificar aquellas películas que –aunque no hayan pasado por sus sistemas de subsidios– son insoslayables.
En lugar de esto, el INCAA lanza una tosca resolución para cobrar aranceles a las películas extranjeras. Parece que luego de ¡publicarlo en el Boletín Oficial! alguien les hizo notar que era un poco disparatado y que atentaba contra la diversidad cultural cobrarle un arancel de 300 entradas a una película extranjera estrenada con una sola copia (“Películas extranjeras hasta inclusive la exhibición en 40 pantallas: un valor equivalente a 300 entradas de cine por el total de las pantallas utilizadas.”). Ahora se dice que eximirán del arancel a estrenos pequeños: ya veremos qué es pequeño, porque cobrarle arancel a un estreno que sale con 30 copias no es alentar la diversidad sino atentar contra ella. Hace muchos años que advierto, por ejemplo acá sobre la concentración del mercado cinematográfico. Ese artículo, del año 2006, habla sobre un mercado distinto al de 2011 (me parece que hoy en día un estreno de 80 copias ya no es demasiado grande, y que la concentración se juega por distintos canales), y propone diversos ángulos para abordar ciertas realidades del cine, que hoy ya son otras. Lo mejor que puedo decir de la Resolución Nº 2114/2011 de los aranceles a películas extranjeras es que generó discusiones e instaló el tema. Pero instalar el tema y generar discusiones deberían ser pasos previos a redactar y publicar medidas desprolijas y de muy dudosa efectividad.