Cuando el cine, la política y la realidad van de la mano, sin sobresaltos.
La opera prima de Santiago Mitre es una joya del cine argentino que ha demostrado ser una obra comprometida con su época, con su guión y con su esencia. Es la historia del joven Roque Espinosa, que viene del interior a estudiar a la Universidad De Buenos Aires y encuentra en un partido político de la Facultad de Ciencias Sociales su espacio en ese mundo extraño, burocrático y académico que nada tiene de atractivo para él hasta que conoce a la bella profesora y militante Paula. De ese paso por la atracción, amor y vocación, el director nos lleva por los entramados más complejos que tiene la política argentina y por sobretodo la universitaria, donde el amor por los ideales pueden a veces ser la carnada perfecta para caer en redes más complejas y donde la salida puede ser la que uno no desea y espera.
“El estudiante” ha demostrado ser una obra independiente, alejada de las subvenciones del INCAA, que obtuvo no sólo una mención especial por el jurado del último BAFICI y en el festival de Locarno, sino también que logró atrapar a toda la crítica por su gran trabajo para reflejar un mundo tan profundo y complejo como lo es la política estudiantil. Una obra de un realismo que por momentos, se presiente la idea de un documental adaptado a la ficción y no al revés.
Las actuaciones del actor Esteban Lamothe -lo vimos ya en “Lo que más quiero”- y Romina Paula, son excelentes, el guión del propio director – que dirigió en el film colectivo El amor (primera parte) y es coguionista de Leonera y Carancho, ambas de Pablo Trapero- es sólido, sin huecos y muy acertado para lograr una identificación real con los escenarios, hechos y actitudes de quienes militan en la UBA. Aquí puedo dar mi opinión como estudiante de Sociales, donde nunca me sentí tan identificada en el cine como con esta cinta. Hay un gran trabajo de conocimiento y reconocimiento del campo para lograr un acercamiento tan correcto, prolijo y certero de otro, sin exageraciones ni usos narrativos ficcionales tan aplicados. Todo parecer ser así, sin artificio, todo muy real. En el Aquí y en el Ahora.
Realmente El estudiante sale de las clásicas estructuras narrativas que nos suele tener acostumbrado el cine argentino en general. Y nos pone en otra dimensión, en otro tipo de cine más comprometido con lo social, sin dejar de ser pensada como una obra de arte desde su momento cero. Mitre ha demostrado con su primer película estar avanzando en una nueva dirección sobre lo que es el cine nacional, no puedo manifestar que será lo que se viene pero si sé que es lo que hay y realmente es excepcional. A pesar de estrenarse fuera de las salas comerciales, no dejen de asistir al MALBA y a la sala Lugones de Centro Cultural San Martín para apostar a estos nuevos directores que hacen crecer nuestro arte, sino también para que no se pierdan lo que puede decirse que es, sin miedo a equivocarme, la mejor película independiente argentina del año.