El exorcismo de Anna Waters presenta a una mujer que viaja a Singapur tras la muerte de su hermana en extrañas circunstancias. Allí se enfrentará a una nueva forma tecnológica de posesión demoníaca. Esta cinta oriental destinada al público occidental, parece una ensalada fílmica de todos los tópicos del género de horror: el director Kelvin Tong hace todo mal al pensar que mucho es igual a mejor. En el metraje encontramos fantasmas, demonios, casas embrujadas, posesiones y hasta una niña con "sexto sentido". Pero nada está coherentemente conectado. Actuaciones amateurs, efectos dignos de un tren fantasma de feria; y la sensación de delirio generalizado que arranca desde el título, ya que en ningún momento del metraje se realiza un "exorcismo a Anna Waters". Esta sí, es una película "de terror".