El seleccionado británico juega en la India
En las primeras escenas vemos la triste realidad de los múlitples protagonistas: Graham (Tom Wilkinson) es un ejecutivo al que jubilan; Evelyn (Judi Dench) lida contra la soledad tras la muerte de su marido; Muriel (Maggie Smith) es una mujer xenófoba y malhumorada que debe operarse de la cadera; Douglas y Jean (Bill Nighy y Penelope Wilton) son un patético matrimonio que sólo se mantiene unido porque no tienen las agallas para separarse.
Estos y otros personajes se encontrarán en el hotel del título, en la India. Ellos creen que es un lugar esplendoroso, lujoso (las publicidades en Internet suelen engañar), pero en verdad es un edificio decadente regenteado por el joven y entusiasta Sonny (Dev Pattel, visto en Slumdog Millionaire). No conviene adelantar demasiado de lo que le ocurre a cada uno, pero lo cierto es que encontrarán allí la posibilidad de reinventarse, de una nueva existencia cuanto pensaban y sentían que la suya ya estaba consumida.
John Madden (Shakespeare apasionado) y su dream-team de viejas glorias del cine británico nos regalan una comedia simpática, amable, pintoresca sobre las segundas oportunidades. No es nada del otro mundo (hay bastante de fórmula aquí), pero este canto a la vida -un crowd-pleaser en la jerga de la industria-se termina disfrutando. Como sostiene el dicho popular, nunca es tarde...