Abre tus ojos
Una película sin tiempo, donde Isaac -un fotógrafo judío- es ferviente defensor del trabajo "a la antigua", con revelados artesanales y equipos fuera de época. Lo que no espera este huésped taciturno, y bastante observador por cierto, es recibir un pedido laboral urgente de una de las familias más pudientes de Régua: ir al caserón para fotografiar a Angélica, una bella joven que falleció en forma misteriosa.
Entre el silencio de los deudos, Isaac ajusta el objetivo y comienza a retratar a la difunta. Hace una, dos, tres, cuatro fotos y en uno de los enfoques (desde la lente) aparece lo inesperado: ella abre los ojos y mira atentamente al joven. ¿Ilusión, realidad? En esa dualidad y duda nos sumerge el prestigioso guionista y director Manoel de Oliveira, quien con 102 años, es el más longevo en actividad del mundo.
De allí en adelante, el realizador portugués recrea ambientes costumbristas, con toneladas de melancolía y algo de repetición. Desde las intervenciones -quizás excesivas- de Dona Rosa, dueña de la pensión donde se hospeda el protagonista, hasta los diálogos entre ella y dos amigos que tratan de descifrar el extraño comportamiento de Isaac.
Otro de los momentos de disfrute de esta película es la cotidiana rutina de los obreros agrícolas. En fila marchan hacia las parcelas para, pico en mano, labrar la tierra al son de una canción del capataz. En simultáneo y sincronizados, ellos están ausentes del trabajo de Isaac quien no se resiste a fotografiarlos una y otra vez.
Manoel de Oliveira (quien no le presta atención al calendario) sigue pensando proyectos que resalten el cine ibérico. Y El extraño caso de Angélica demuestra que la superada madurez, sigue dando buenos buenos frutos.