La inteligencia contribuye con el ahorro. Eso es lo primero que demuestra el director noruego Bent Hamer con esta excelente película que se asienta en la inconmovible base que proporciona una buena idea trasladada a la pantalla con economía de recursos y agudización del ingenio. El director enfoca el desconocido panorama que debe enfrentar un ingeniero ferroviario que, al cumplir los 67 años, es jubilado por la empresa en la que prestó servicios durante 40 años. Un nuevo mundo se abre ante el hombre, que descubre los diferentes costados de la existencia. Aunque la ominosa presencia de la muerte sobrevuela el ambiente, su preocupante influencia queda neutralizada por luminosos ventanales que el protagonista descubre a cada paso y que le muestran otros panoramas de la vida.