Hay algo de Atrápame si puedes (y bastante de Spielberg, en general) en esta historia de un joven judío de 21 años que sobrevivió durante el régimen nazi en Berlín gracias no solo a falsificar documentos para salvar otras vidas sino a falsificar su propia persona. La historia es real y tiene varias aristas interesantes: por ejemplo, cómo era la vida cotidiana bajo la dictadura de Hitler; qué es justamente eso que llamamos “felicidad” y dónde y cómo aparece, más allá de las circunstancias; cómo se construye una puesta en escena para poder vivir o sobrevivir. Hay otro elemento: el tono, si bien el film abunda más en diálogos que en acciones, tiene cierta ligereza y nos atrae, melodrama aparte, la simpatía de los protagonistas. En el fondo, es sobre la despreocupación de ser joven y tener toda la vida por delante, y de cómo esa juventud se transforma también en un arma de supervivencia.