Después de su paso por el Festival de Cine Alemán, llega a las salas comerciales la película «El falsificador» («Der Passfälsher» en su idioma original), una historia basada en hechos reales que retrata las consecuencias del nazismo y la Segunda Guerra Mundial en la vida de un joven sobreviviente.
Basada en las memorias de Cioma Schönhaus, publicadas en 2004, la película se ubica en Berlín en 1942. Allí seguimos a un estudiante de artes judío de 21 años, que para no ser deportado, es obligado a trabajar en una fábrica de municiones. Mientras tanto, vive en su casa a la que poco a poco le van quitando los bienes, porque su familia sí fue enviada a un campo de concentración. Para sobrevivir empezará a falsificar documentos de identidad y pasaportes para Franz Kaufmann y su grupo confesional protestante, ayudando a cientos de personas a escapar de la ciudad.
A diferencia de otras películas de este estilo, «El Falsificador» es una cinta mucho más contenida, donde se sugiere más de lo que muestra. No tenemos grandes despliegues de producción, ni intervención de una gran cantidad de soldados o bombardeos, salvo uno que otro, sino que la mayoría de las escenas se dan en espacios cerrados, resguardados y donde el protagonista se encuentra a salvo. Afuera está el peligro, la presión y el enemigo, pero principalmente se encuentra en las sombras, tensionando el clima en todo momento. Cualquier paso en falso puede significar una deportación, y el protagonista se maneja entre el cuidado y la impunidad que le trae ciertas cuestiones inherentes a su persona.
El film no solo muestra cómo una persona se arriesgó para salvar a otros y a sí mismo, sino también logra retratar la sociedad de la época. Por su buena imagen y su ingenio, Cioma se pasea por la ciudad sin mayores inconvenientes y sin llamar la atención, e interactúa con distintos personajes que muestran sus miedos, sus recelos o su indiferencia. Realiza una radiografía de cómo se comportaba la comunidad alemana durante la guerra y sus distintas reacciones frente a los judíos.
Louis Hofmann, que además de ser conocido por realizar la serie «Dark» viene protagonizando distintas películas alemanas, hace un buen trabajo para retratar a este complejo personaje, que a pesar del difícil momento que está atravesando, lo afronta con una actitud positiva y optimista. A medida que la historia va avanzando se va notando más el estrés, la ansiedad, la falta de comida y sueño, el frío y la cercanía a ser agarrado por su religión y sus actividades ilegales; y cómo todo eso va impactando en su vida. Cada uno de esos cambios están bien plasmados en sus gestos y miradas.
Hacia el final la cinta se torna un poco repetitiva, haciendo que se siente un poco larga. Tal vez se podría haber condensado un poco más la historia, pero de todas maneras es interesante el foco que le dan a la trama.
En síntesis, «El falsificador» es una película que busca retratar la historia de un sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial como también mostrar a la sociedad alemana en una época particular. Con un tono mucho más contenido, que sugiere más de lo que muestra, buenas actuaciones de su elenco y un clima de tensión constante, la cinta cumple con su objetivo de entretener y servir como un testimonio de nuestra historia.