Basada en una historia real, la película se introduce en un subgénero del melodrama que podría denominarse “films de niños enfermos y la lucha de sus padres por sacarlos adelante”, si es que existiese éste.
Gerardo Olivares es el encargado de llevar adelante la narración sobre cómo Beto Bubas (Joaquin Furriel) se encontró con Lola (Maribel Verdú) y Tristán (Quinchu Rapalini Olivella), un niño con autismo que por primera vez se ve estimulado por el trabajo que el guardafaunas realiza con las Orcas en la Patagonia.
Desde España llega la mujer con la idea de poder ayudar a su hijo, pero no sólo deberá sortear las trabas que Bubas le pondrá para poder compartir con él su trabajo, sino que, además, deberán de luchar juntos para poder evitar que nadie nunca más pueda estar con las Orcas.
Técnica y visualmente lograda, “El Faro de las Orcas” emociona y entretiene, y principalmente logra conmover por la reveladora interpretación de Rapalini Olivella (debuta en el cine) como ese niño que en el océano encontrará cierta salvación, no sólo para él, sino también, para su madre y Bubas.