Johnny Deep compone al reportero W Eugene Smith
La película rinde homenaje al fotoperiodista que dio a conocer un caso de contaminación ambiental en Minamata al registrar los efectos de la contaminación del agua en los lugareños.
William Eugene Smith fue un reconocido reportero norteamericano que cubrió la Segunda Guerra mundial y, cuando ya estaba casi retirado y sumergido en el alcohol, se embarca en el año 1971 en un viaje a Japón para documentar los efectos del envenenamiento por mercurio en la población de la comunidad costera de Minamata.
Parte de la obra de Eugene Smith se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y es objeto de análisis y reconocimiento. Pero es interesante como la película británica de Andrew Levitas elige retratar al mítico fotógrafo de guerra, protagonizado por Johnny Deep.
W. Eugene Smith es un héroe incomprendido para el status quo de 1971, momento de estallidos sociales en todo el mundo. Casi retirado de la fotografía y embriagado día y noche producto de sus recuerdos de la contienda bélica que cubrió años atrás, se encuentra recluido en su taller de revelado hogareño, acosado por las deudas y distanciado de su familia.
En este imaginario el personaje se construye como un héroe retirado que tiene una última chance de redimir su alma y, si bien se resiste al principio (como todo héroe que no acepta su destino), acepta el reto después y viaja a tierras desconocidas a intentar reinstalar el orden.
Esta estructura narrativa ultra efectiva es utilizada en una película biográfica. Y funciona, porque parte del aura alrededor de W. Eugene Smith se debe a ese imaginario incomprensible desde los ojos contemporáneos: embarcarse en una lucha justa pero ajena sin otra razón que la causa social.
Aparece muy bien en escena Bill Nighy como el director de la revista Life, un “amigo” de W. Eugene Smith que apoya desde el costado corporativo al fotógrafo al enviarlo a Minamata. De igual manera entran muy bien en escena los pares orientales Hiroyuki Sanada y Tadanobu Asano.
El fotógrafo de Minamata (Minamata, 2020), presentada en el festival de Berlín, articula tres tipos de films, la biopic, la película de crisis ambiental y el film sobre fotógrafos (en donde juega estéticamente entre el color y el blanco y negro que inmortaliza los momentos).
Tres paladines del cine contemporáneo que aquí se fusionan correctamente y, sin sorprender, cumplen con el objetivo de hacer una película homenaje con compromiso social destacando una manera peculiar de observar el mundo desde el lente de una cámara.