Un cronista fotográfico casi al margen de todo es enviado a un pueblo japonés a registrar una tragedia. Esa experiencia cambia su vida y, al mismo tiempo, le otorga un nuevo sentido. Es obvio que Johnny Depp comprende todo lo que significa actuar; el film se sostiene básicamente por él. Pero hay un tema interesante: el peso (incluso moral) de las imágenes, que no termina de tratarse más allá de su superficie.