Enrique Pichon Riviere, padre de la Psicología Social Argentina, es el sujeto de este documental de Miguel Luis Kohan. Para quienes no están familiarizados con esta figura del psicoanálisis local, hay que decir que el modelo teórico de Pichon, es reconocido en todo el mundo y su abordaje y perspectiva, lo posicionan como una figura de relieve e innovación en su ámbito. Extrañamente, Pichón escribió poco (aunque relevante). Todo lo que sabemos de su ECRO (Esquema Conceptual Referencial Operativo, lineamiento teórico basal de su óptica), lo conocemos por sus discípulos.
Es por eso que Kohan (documentalista de experiencia en el género), decide lanzarse a la búsqueda de testimonios que permitan recortar al hombre en su contexto. Inicia una travesía por relatos que van dando cuenta de cómo Pichón Riviere, vivió su infancia, su adultez y cómo fue construyendo el perfil de profesional de fuste en su campo. Un hombre es su medio, sus expectativas, su formación, sus aspiraciones: el cineasta retrata con palabras y voces de gente que lo conoció que aporta valiosa información sobre su camino en la primera mitad del siglo pasado.
Su niñez, el devenir de su adolecencia en Corrientes, el inicio de la medicina en Rosario, sus prácticas en Open Door, su compromiso con colegas a la hora de constituir la APA (Asociación Psicoanalítica y más tarde IADES (Instituto Argentino de Estudios Sociales), su matrimonio con la reconodia Arminda Aberasuty (gran divulgadora de la obra de Melanie Klein en sudamérica) y una idea primaria: la psicología debería estar al alcance de la gente, siempre. Es eminentemente social y no hay que enclaustrarla académicamente.
Bajo ese lema fundará la Escuela de Psicología Dinámica, luego legendario ícono de la naciente Psicología Social Argentina y su técnica de grupo operativo, hoy elemento central en el que se forman muchos profesionales en nuestro país.
Kohan consigue testimonios muy valiosos, desde Joaquín Pichon Rivière, a los hombres y mujeres que llevaron adelante y dieron forma a su cuerpo teórico: Alfredo Moffatt,
Ana Quiroga (quien ocuparía el lugar afectivo de su mujer, luego de su divorcio y llevaría adelante la primera institución que transmitió sus conceptos en forma abierta y sistemática), Vicente Zito Lema. Todos son de interés para los seguidores de la obra de Pichón.
En el debe, y conociendo del tema en profundidad, es importante decir que nos quedamos con ganas de bucear en la exploración de la actualidad de su creación. La herramienta que creó Pichón es extraordinaria (de hecho, hace poco estuve con universitarios de Finalndia que venía a estudiarla en profundidad) y aquí aparece poco presente.
El sujeto, está bien delineado y el director logra orientarnos sobre sus inquietudes y sueños, pero lo que sí hubiese dado mayor impacto es entender la magnitud de su obra en la actualidad, a través de otro enfoque de este proceso. En el encuadre pautado, sólo los interesados profundamente en esta biografía, estarán atentos al devenir del retrato.
"El francesito", es un documental correcto sobre una personalidad del psiconálisis que hizo historia. Sí, debemos decir (aunque sea tela para otra entrega) que lo rico también gira sobre cómo se expandió su marco teórico y cómo sus discípulos llevaron adelante la tarea de agentes muitiplicadores. He ahí un buen tema para una segunda etapa de esta investigación.