La agonía de un viejo
Película simple de concepto donde un anciano aquejado por un mal decide ir al pueblo vecino en búsqueda de una curandera. Hay pocos acontecimientos en esta historia casi ausente cuyo tiempo es extremadamente lento y las largas caminatas del protagonista terminan aburriendo más que diciendo algo.
La película centra su mirada en la capacidad de observación de los realizadores cuya habilidad les permite crear planos metafóricos y simbólicos. Aunque el viaje les permitirá componer todo tipo de imágenes, rápidamente la creatividad o expresión de la cámara se vuelve repetitiva (no hay cambios ni diferencias entre las escenas) y en una película tan de observación como esta, la falta de detalles convincentes provoca casi la nulidad absoluta del espectador.
Sin embargo, "El fruto" es una trama singular y ese cierto enfoque similar a cada plano le da un toque rutinario y cotidiano a la película. Este día es igual al protagonista como todos los demás y, por ende, ese sufrimiento de vacío existencial es algo que padece todos los días. Normalmente las acciones describirían el objetivo de la trama, pero las mismas son insuficientes y para los realizadores se les hizo imperativo ayudarse de textos para describir el estado de animo del protagonistas. Unos diálogos que si bien son medidos y efectivos, las situaciones donde se desarrollan son más forzadas que naturales.
Por lo tanto, "El fruto" termina siendo simplemente un ejercicio de lago más de una hora que a pesar de realizar un labor intachable desde lo formal, falla a la hora de crear una emoción genuina el espectador. Los largas escenas, planos o charlas terminan pasando de la contemplación a la sobre-explicación y aunque la película sea extremadamente corta termina siendo eterno ante tanta redundancia.