De profesión fanático
Después de Me casé con un boludo, Adrián Suar regresa al cine con El fútbol o yo (2017), una comedia dirigida por Marcos Carnevale que, si bien cumple con el género, sólo es efectiva en escasos momentos.
Pedro (Adrián Suar) es adicto al fútbol: puede ver cualquier partido, independientemente del equipo, la liga y la categoría. Esa situación insostenible produce que pierda el trabajo y que su mujer Verónica (Julieta Dìaz) le pida el divorcio. Frente a esa nueva realidad, comienza a replantearse su problema y decide iniciar un tratamiento para recuperarse.
Generalmente, las comedias siguen una estructura que se corresponde con lo que espera el público. Y El fútbol o yo la respeta bastante al pie de la letra, sin producir ninguna sorpresa. Porque tiene un argumento sencillo y lineal al que se agregan algunas escenas graciosas que lo complementan, pero nada más.
Suar despliega nuevamente su carisma (que aunque puede ser cuestionado es innegable), mientras Díaz lo acompaña muy bien, logrando un contrapunto interesante. La interpretación de Alfredo Casero se destaca y su personaje es el más funcional al género. Federico D´Elía, Peto Menahem y Rafael Spregelburd hacen lo propio, construyendo roles secundarios que complementan.
La película de Carnevale no agrega nada nuevo al cine nacional. Es una comedia correcta y pasatista, que divierte, pero sin descollar. Ideal para pasar el rato.