Seguramente la mayoría de nosotros tuvo alguna de esas amistades en la infancia de las que parecen que van a durar para siempre. Así es la de Romina y Florencia en el año 1988, mientras arman coreografías, aprovechan los recreos para actuar hablando en castellano neutro, miran la novela y se disponen a estar juntas todo el tiempo que se pueda, incluso teniendo que rogarle a sus madres para poder quedarse una noche más en la casa de una o la otra. Hablamos de lo que hoy los jóvenes definirían como BBF (Best Friends Forever – Mejores Amigas para siempre).