De un tiempo a esta parte, las películas de boxeo se convirtieron en subgénero cinematográfico; al menos tenemos una en cartelera por año. Pero a diferencia de muchas, en El Ganador, el drama familiar toma un lugar de importanci, que deja al boxeo en segundo plano.
La historia que nos presenta el director nominado al Oscar David Russell, se centra en la historia de dos medio hermanos; por un lado Dicky Eklund (Bale), un ex boxeador que fue famoso por una pelea en particular y que luego se perdió en el consumo de drogas; por otro lado, Micky Ward (Wahlberg), actualmente boxeador con poca suerte, mala reputación y que rara vez alguna pelea. En el medio de esta peculiar relación esta su madre, Alice, que actúa como representante de Micky, y también Charlene, su actual pareja.
La película, basada en hechos reales ocurridos hace poco más de diez años, más allá de enfocarse en las mil y un desgracias de la vida de un boxeador; nos transporta a una relación de hermanos conflictiva, a la vez que nos muestra las repercusiones que tiene un adicto en el ámbito familiar. Hay que sacarse el sombrero ante la representación de Christian Bale como adicto al crack, quien parece tener una gran facilidad para adelgazar 20 kilos y volver a subirlos (ya lo hizo en El Maquinista), su retrato es fiel a la realidad y sin duda conmovedor.
Sin golpes bajos y con total naturalidad, el director apele a un espectador inteligente que no tiene la necesidad de ver llantos y clichés para entender de qué va una buena historia.