VOLVER AL PASADO
Película dirigida por Carlos Sorín ("La Película del Rey" e "Historias Mínimas", entre otras), que mimetiza un género extraño para el realizador, pero por eso no menos arriesgado e interesante. Con un guión que deja algunas puertas abiertas a la libre interpretación del espectador y con un trabajo actoral soberbio por parte de sus intérpretes, una cinta crítica y para pensar.
La historia da comienzo con una escena muy bien manejada por el director y que cuenta con una clara y precisa descripción de los problemas neurológicos de un paciente que está siendo dado de alta y que se ha recuperado por completo. Su mujer, Beatriz, lo va a buscar al Instituto, preocupada por la salud de su esposo, pero alegre por volver a tenerlo al lado. Rápidamente la psicosis de Luis va a entrar en la vida de la mujer, quien se va a sentir perseguida por los fantasmas del pasado y por las extrañas actitudes que ella dice ver en su "nuevo" marido.
La calidad que Sorín le aportó a la película se puede apreciar en cada una de las tomas que muestran las sensaciones y sentimientos de los personajes. Esta es una historia con un ritmo lento, pero atrapante y muy interesante. Se describe minuciosamente a los personajes, se los introduce, desarrolla y remata de tal manera que el espectador pueda sentir el dolor y la paranoia de la mujer, y la inocencia y esa nueva paz que rodea al marido.
La historia es sencilla, explica todo lo necesario para que la misma pueda entenderse y deja algunas cuestiones abiertas para que el espectador pueda imaginárselas e interpretarlas de la manera más personal y subjetiva posible (sueños del pasado). El final no es inesperado, pero es el más acorde para rematar la historia y, en especial, es el punto de reflexión y crítica a la sociedad burócrata más importante y directa de toda la película.
Aquí la historia se ve desde el punto de vista de la mujer, la esposa de Luis, lo que le aporta un visionado mucho más interesante y rebuscado al relato. Se introducen personajes secundarios que le brindan más sentido y suspenso a la paranoia que ella tiene (amigos, la familia, alumnos de Luis y el gato que tienen como mascota) y, principalmente, se presentan actuaciones protagónicas que van de la mano de una perfecta fotografía y elección de planos. Luis Luque está muy bien en su rol, ya que con diferentes matices (le aporta humor, seriedad y una desconfianza que siempre está latente) logra confundir al público y ser la sombra de ese pasado perturbador que la esposa de su personaje comienza a revivir. Beatriz Spelzini es desgarradora en cada una de las escenas en la que aparece. Su rostro es muy expresivo, en especial la mirada sufrida y lastimosa que aquí desarrolla. Ella logra que su personaje se sienta, que el espectador pueda ver por sus ojos y vivir lo que ella está viviendo, y, por sobre todas las cosas, interpreta de una manera muy ingeniosa y fuerte su paranoia e inseguridad. Una actuación soberbia y perfecta para la historia.
Se mezclan géneros, hay algunos toques de comedia que están muy bien implementados, escenas de suspenso muy fuertes, golpes de sonido que asustan, y momentos de terror que le dan un espíritu mucho más realista al relato (segundo sueño). Todo ésto está mostrado con ingenio y mucha audacia, con una fotografía que le brinda profundidad y sentimiento a la imagen (ese cambio lento que hay en cierto momento del plano medio a un primer plano del rostro de Luque es maravilloso). También con una banda de sonido que acompaña y ambienta muy bien cada uno de los pasajes argumentales.
Con una dirección de actores que muestra el talento de los intérpretes y la habilidad del director; con una historia que homogeniza variados géneros; con una fotografía y una banda sonora que intensifican el drama y permiten que el espectador se sienta en el relato; y con un ritmo atrapante, "El Gato Desaparece" es una película de calidad, para reflexionar, pensar y sentirse, por lo menos, perturbado con la interpretación de Beatriz Spelzini en el rol principal. Una muy buena propuesta de suspenso.
UNA ESCENA A DESTACAR: segundo sueño y el primer plano de Luque.