Timoteo (René Valdés), es un personaje en sí mismo, porque es el creador, jefe y tesorero del circo que lleva su nombre. Ronda los 70 años de edad, y hace más de cuatro décadas que recorre Chile llevando su arte.
El espectáculo que expone no es el de un circo convencional, donde hay animales, domadores, trapecistas, payasos, etc. Aquí lo que hay son transformistas. Si, el show lo llevan adelante unas personas marginadas de la sociedad puritana y conservadora chilena, que viven en comunidad dentro de los motorhomes, donde no sólo se suben al escenario para realizar su actuación sino que también realizan otras tareas inherentes a su actividad.
Como figura en el título de este documental de Lorena Giachino Torréns, la pobreza predomina por doquier. Ellos viven al día, con lo justo. Gran parte de lo que ganan se invierte en el mantenimiento y renovación de la carpa, como así también del vestuario, accesorios, etc., que sirve para atraer a los espectadores, que cada vez son más escasos porque las generaciones van cambiando, y este ambiente no los atrae como otrora.
Pese a la austeridad con la que viven ellos continúan en su senda, le da sentido a su existencia. Lo que hacen es bailar, cantar, realizar sketches provocativos con tono humorístico, porque la premisa que manejan es divertir al público, todo como si fuera un teatro de revista, pero más humilde.
La directora del film no indaga sobre la historia de ellos, no hay imágenes de archivo, no los entrevista. Simplemente pone la cámara y deja que los personajes se muevan con naturalidad y hablen entre ellos, cómo si no los estuvieran filmando, los deja ser.
Este criterio narrativo lo vuelve tedioso, como si fuese un video casero, porque recién sobre el final hay un conflicto y una cierta emoción, pero durante todo el relato, lo que vemos, son las tareas cotidianas, la falta de dinero, las mudanzas, etc., donde no tiene una particularidad, un interés sólido que merezca ser filmado y divulgado, simplemente son un grupo de artistas que, pese a todo y a todos, intentan desarrollar su vocación.