El hotel de los líos
Una lectora apasionada, un autor, una vuelta al pasado y, allí, una historia que tiene como protagonistas a Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Tony Revolori), conserje y botones del Gran Hotel Budapest, también protagonista -inanimado- de la trama.
Ambientada en la década del treinta, con clima de guerra como fondo y la ocupación que acecha, la acción transcurre en una región tan reconocible como ficticia, donde los protagonistas se ven perseguidos por la ley y por los caricaturescos y despiadados hijos de una selecta habitué del hotel a quien Gustave atendía "especialmente", y que por tal atención se ve beneficiado de forma que los herederos de la dama en cuestión no acuerdan.
De tono chaplinesco, -con un humor que por momentos remite a los chistes gráficos, muy bien tratados, con gran timing- el filme encuentra en Fiennes a un protagonista ajustado, preciso, sofisticado e intrépido. Una galería de notables -como Bill Murray, Jude Law, Tilda Swinton, Mathieu Amalric, Harvey Keitel y Tom Wilkinson, entre otros- forman parte con pequeños papeles de este relato tan naif como desenfadado.
Anderson exhibe la loable pretención de hacer de cada cuadro una viñeta cargada de contenido, una pieza maestra en sí misma. Finalmente, la forma supera al contenido sin que ello le reste mérito al formidable despliegue visual que acaba siendo el absoluto protagonista de esta propuesta.