La nueva película de Wes Anderson nos trae la historia del Gran Hotel Budapest y su carismático concierge, Gustave H.
El concierge del Gran Hotel
Empieza con una historia adentro de otra, como si fueran muñecas rusas. Un escritor (Jude Law) que se alojó en el Gran Hotel Budapest en 1985 será quien nos cuente lo que a él le contó el señor Zero Moustafa (F. Murray Abraham). Y así llegamos a la historia del señor Gustave H. (Ralph Fiennes) quien fue el concierge del Gran Hotel Budapest, un hotel situado en un país imaginario de Europa. El carismático y perfumadísimo Gustave H., quien tiene una poesía para cada momento, es el rey de la amabilidad y la buena conducta, además de ser el empleado favorito de las húespedes más longevas del hotel. Zero (Tony Revolori) es el nuevo botones del hotel, y se convierte inmediatamente en discípulo y protegido de Gustave. Madame D (la genia de Tilda Swinton) es una de las célebres y adoradísimas huéspedes, y fallece luego de su visita al Gran Hotel Budapest. Esto desatará una serie de eventos y aventuras, que incluyen el robo de una obra de arte, la cárcel, escapes y viajes, en las que Gustave y Zero se verán envueltos.
Yo que serví al rey de Inglaterra
Quienes no gusten del cine de Wes Anderson no creo que aprecien esta película. Todos los elementos estilísticos que caracterizan su obra están presentes. Sí me parece que El Gran Hotel Budapest aporta una historia más interesante para quienes no profesan su amor por la filmografía de Anderson.
Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Adrien Brody, Jeff Goldblum, Edward Norton, Willem Dafoe, un Harvey Keitel irreconocible, Bill Murray, Jason Schwartzman, y la lista sigue. No falta nadie. Algunas de estas figuras tienen apariciones muy cortas, y lo mejor es que no son simplemente cameos, son participaciones muy simpáticas. Me vuelve loca que las películas de Wes Anderson tengan personajes tan entrañables. Gustave H es puro amor. El relato con sus idas y vueltas en el tiempo nos ilustra el amor de Zero por el hotel, y todo lo que ese lugar representó para él.
Desde lo visual es impecable y tiene todo lo que amamos del cine de Anderson. La simetría, la paleta de colores, el uso del angular, etc. Qué belleza los separadores con los títulos de las distintas partes que integran el relato. Seguro es un cliché decir que es bellísima la fotografía de las películas de Wes Anderson, pero así lo siento, me desvivo por cada imagen de sus películas. Más allá de todo este caramelo visual, creo que Wes Anderson construye universos magníficos, con personajes totalmente entrañables. Y no falta el humor en el relato. No sé si es una de sus mejores películas, pero no tiene nada reprochable.
Conclusión
El Gran Hotel Budapest es una película fascinante, sobre todo para quienes amamos el cine de Wes Anderson. Un majestuoso hotel que parece un castillo salido de un cuento de hadas y sus entrañables personajes conforman un universo fascinante. A través de distintas historias unidas por un lugar en común, el hotel, el film toca temas como la amistad, la lealtad y la nostalgia. Creo que Wes Anderson mejora película a película