Otro clan y otro secuestro
Otro clan y otro secuestro. Así viene la mano. Y los secuestradores, al final, también caen, uno a uno. El film parte del libro de investigación periodística de Peter R. de Vries. Y cuenta el secuestro, en Holanda, en 1983, de Freddy Heineken, el rey de la cerveza. Cayó en manos de una barra medio chapucera, que pudo cobrar el rescate después de una larga espera, una cifra cercana a los 18 millones de dólares. Pero cayeron inmediatamente, aunque la totalidad del dinero nunca se recuperó, algo bien conocido. El film pasa del costumbrismo sucio del comienzo a un thriller piadoso, sin malos evidentes la vista. No es ni quiere ser un documental sobre un suceso de alto impacto. Lo que busca es contar la historia desde los secuestradores. Ni la investigación ni la familia de Heineken ni la negociación por el rescate, importan. Sino ellos, esta bandita que en esos l9 días de espera, enfrentaron dudas, miedos, arrepentimientos y enfrentamientos personales. Es un punto de vista prometedor que la realización no aprovecha. Se necesita una mano firme para retratar gente bajo presión. No es el caso de Daniel Alfredson (realizador de las dos últimas entregas de la saga “Millennium”) que aporta deslucido oficio a una trama tan llena de desesperación y suspenso. De cualquier forma, la historia interesa porque esta operatoria delictiva aún sigue vigente. Interesa, pero no atrapa.