El gran secuestro de Mr. Heineken” es un modesto thriller que intenta explicar el secuestro real del magnate de la cervecera holandesa (Hopkins) y su chofer. El relato se centra en las vidas de los cinco jóvenes delincuentes, los “paso a paso” de su temible juego de ajedrez en una bellísima Amsterdam, desde los preparativos del secuestro, luego el cautiverio, el cobro del millonario rescate hasta el desenlace. A favor: todo muy sencillo pero sin perder nunca el suspenso.
Los puntos flojos de la película son los que están fuera del thriller y, encima, el relato hace bastante hincapié en los mismos: los vínculos afectivos y de amistad entre los delincuentes, el noviazgo de uno de ellos con la hermana de otro del quinteto y el frustrado intento de reflotar una microempresa. En estos puntos, el relato se vuelve endeble y, sobre todo, vacuo.
Hopkins, con un par de tics simpáticos y gestos pareciera que le alcanza y sobra para darle encarnadura a su Heineken, quien es de suponer que además de millonario era bastante canchero. El resto del elenco está correcto, y hasta uno podría creer que son holandeses. Una película menor que, seguramente, si la hubieran hecho para televisión habría tenido mayor fortuna. Pero esto ya es harina de otro costal.