Finalmente llega a la cartelera este retrasadísimo estreno que desde hace meses que se encuentra en todos los lugares de descarga ilegales y mantas de las ciudad, y es una lástima porque es una buena película.
Lo que la hace realmente atractiva es que se trata de una historia real, una que seguramente la gran mayoría del público desconoce y que implica a una figura relevante e interesante si uno se pone a estudiar un poco su vida.
Con una puesta en escena modesta, que muchos podrán catalogar como que faltó presupuesto, El gran secuestro de Mr. Heineken se luce por su reparto y como interaccionan entre ellos.
A pesar de que lo que hacen los personajes está muy mal y es un delito (obviamente), llega un momento de la película en el cual querés que se salgan con la suya.
Cuando algo así ocurre en el cine es gracias al carisma y química de los actores. Por ello es que Sam Worthington, Jim Sturgess y Ryan Kwanten hacen un buen laburo.
Por su parte, Sir Anthony Hopkins le da legitimidad al igual que en todo lo que hace. Siempre está solido haga lo que haga.
El director Daniel Alfreson, responsable de la trilogía Millenium, hizo un laburo “más limpio” en cuanto la puesta y fotografía y genera buenos climas que acompañan la historia.
En definitiva, El gran secuestro de Mr. Heineken es un film para pasar el rato pero sin mucho que aportar en cuestiones de entretenimiento. Su gran valor es que se trata de una historia real.