1952. En algún lugar el interior de la Argentina, la creencia popular sostiene que cuando un hombre muere a traición, este debe ser vengado por su primogénito, para que esa alma descanse en paz. Esta es la historia del Cali, un adolescente, cuyo padre fue asesinado en una carrera de caballos, a metros de la llegada, y él debe transformarse rápidamente en hombre obligado a vengar esa muerte. Calí busca venganza, pero primero encuentra el amor de Lucia, y ayuda en un viejo capataz de estancia, que lo adopta como propio hijo. Cuando la venganza es una obligación hay un grito en la sangre.