Torrente a la irlandesa
Ambos son obesos, desaliñados, patéticos, poco ortodoxos, amantes de los excesos, misóginos, políticamente incorrectos, cinematográficamente incómodos. Podrán decir que el detective José Luis Torrente de Santiago Segura es mucho más extremo que el sargento irlandés Gerry Boyle (notable Brendan Gleeson), que la saga española es mucho más satírica y autoconciente, pero hay entre ambos exponentes más de una similitud, un indudable parentezco.
Me parece que El guardia es más película porque tiene una trama policial más lograda, porque construye un segundo personaje muy sólido (el agente del FBI que interpreta el gran Don Cheadle, que llega hasta ese rincón perdido del Reino Unido siguiendo un caso de tráfico de drogas) y porque incursiona con ligereza pero también con encanto en el submundo de la mafia británica que se ha constituido en un género en sí mismo, agregándole además pintorescas pinceladas de humor pueblerino.
Por momentos, la película cae en ciertos lugares comunes de esa vertiente tan codficiada de las buddy-cop comedies, pero al mismo tiempo regala muchos momentos inspirados, en los que el director y guionista debutante John Michael McDonagh (apúntenlo) hace gala de una bienvenida falta de prejuicios sin por eso perder el eje ni el rigor de la narración. Un film que destila simpatía hacia unos antihéroes perfectos, tan desagradables como finalmente queribles.