Inteligente y entretenido tratamiento del humor en versión irlandesa
Será una casualidad, pero últimamente estamos viendo producciones en las cuales los actores juegan un papel preponderante. No son un elemento más de la escena, sino el elemento por excelencia al servicio de la narración de la historia. “El artista” (2011); “El precio de la codicia” (2011), “El extraño señor Hobbs” (2007), y el inminente estreno de “Un método peligroso” (2011), son algunos de los ejemplos.
El caso de la comedia “El guardián”, realizada por John Michael McDonagh, es más que contundente. El sargento Gerry Boyle (Brendan Gleeson) se pinta como un hombre tosco, de pocas pulgas y confrontativo, condiciones que, como mínimo, ofrece matices suficientes como para sentir cierto rechazo. Sin embargo el estado de violencia potencial en donde se mueve el personaje produce una extraña empatía en el espectador, como si percibiera aquello de que "en el fondo es bueno". Gleeson se apoya en estas características para justificar un discurso sin filtros, muy emparentado con el racismo. "Estamos en "fucking" Irlanda" le dirá el sargento al agente del FBI Wendel Everett (Don Cheadle) cuando éste llega a la comarca en busca de unos narcos.
El guión (del propio director) propone, a partir de entonces, no el típico choque entre culturas; sino entre dos personas con actitudes distintas frente a la vida y a su profesión. Allí la comedia funciona por contrastes, y funciona muy bien, aunque haya unos diez minutos donde tanto la trama como los personajes entran en una meseta que amaga con producir bostezos por repetición.
La utilización de los primeros planos no parece casual ni mucho menos estereotipada, por el contrario, aportan para contrastar el enfrentamiento al que hablaba antes. Por allí aparece Fionnula Flannagan como la madre del guardia, una actriz que siempre es una delicia de ver.
Como es habitual en este escenario la fotografía colabora con el clima frío y duro de la región donde casi nunca brilla el sol, también lo logra la música de Calexico, con contados pero cuidados acordes.
“El guardia” es humor irlandés. Tiene su ritmo, su pausa y su impronta característica. Un factor importante a tener en cuenta por si piensa que va a ver algo al estilo “Locademia de policía” (1984, y sus 6 secuelas). No, en absoluto. Se trata de un producto de más sólida construcción, sutilmente elaborado, que deja como resultado una acabada, inteligente y entretenida expresión de humor cinematográfico