Quinto film de Sergio Mazza, de reciente paso por el Festival de Berlín, El Gurí vuelve sobre varios temas que preocuparon a su director y guionista en sus trabajos anteriores; las pequeñas historias de pueblo, los personajes de existencia simple, el deambular por la vida, y la identidad.
Situada en Entre Ríos, el gurí del título es Gonzalo (Maximiliano García) un niño que camina por las calles de su pueblo esperando el pronto regreso de su madre Camila (Belén Blanco en breves y curiosas intervenciones).
Claro, en verdad, Camila no volverá, tuvo sus razones para el abandono y lo hizo dejando atrás a su hijo y su beba de pocos meses de vida. Gonzalo lo niega, mantiene la esperanza de ese rencuentro en los próximos días.
En el medio, la gente del pueblo, que atraviesan su vida; la pareja de veterinarios Julio y Susana (Daniel Aráoz y Susana Hornos), la abuela, Felipe (Federico Luppi) dueño de la Whiskeria del pueblo, y Lorena (Sofía Gala Castiglione) una viajante de comercio que ocasionalmente queda varada en el pueblo.
Precisamente será Lorena quien establezca un fuerte vínculo con Gonzalo y su hermana, lo cual le permitirá conocer a toda la gente del pequeño pueblo y varios de sus secretos. Es una historia sencilla, sin mucho que se presente como grandes giros narrativos, todo sucede contemplativamente.
Mazza pretende un fresco de la vida particular de estos pueblos olvidados y ciertamente lo logra. Quizás sea de ese tipo de film que a un sector gusta descalificar como “nada pasa”; lo cierto es que detrás de su patina de sencillez se esconde una gran calidez y mucha carnadura para presentar personajes que tienen un pasado atrás, aunque sea, expresado solo con las miradas.
Acertadamente, Mazza apoya su relato en las interpretaciones, el niño García conquista con su carisma lleno de ternura. Castiglione hace rato dejó el rótulo de “hija de” para convertirse en una gran actriz de variados matices, su Lorena tiene la suficiente comprensión como para adaptarse a un entorno que le es ajeno pero que pronto se apropia, la suya es la mirada del afuera.
¿Qué decir a esta altura de un señor actor como Federico Luppi? Uno de los mejores de su generación, en un rol que esconde algunas cosas, protector, sobrecogedor. Aráoz y Hornos (pareja de Luppi en la vida real), logran también criaturas apesadumbradas por la vida, de miradas cansadas pero gran corazón.
La cuidada fotografía de Juan Martín Deza, oscura y de tonos mate suma esa idea de pueblo en el que las cosas suceden a su manera, sin grandes convulsiones. La banda sonora con Daniel Gómez reversionando la canción homónima de Viglieti que resuena finalmente sobre los créditos finales, también resalta esta idea de pasividad.
Con un ritmo de relato que no llega a ser lento y permite seguir todo con atención pero lejos está de ser vertiginoso, "El Gurí" resulta un film ameno, con una pequeña intriga sobre el pasado y el futuro de un chico. No pareciera ser mucho para quienes busquen grandes sucesos, para quienes pongan el foco en los pequeños momentos cotidianos de los olvidados, esta puede ser una caricia cinematográfica.