Al borde del abismo
El panorama no es del todo alentador para Gonzalo, uno de los protagonistas y portador del punto de vista narrativo de El gurí. Su madre se fue un tiempo atrás para tratarse una enfermedad terminal que finalmente recrudeció y ahora él recorre la localidad entrerriana de Victoria con su hermanita a cuestas. Hermana de la que, al igual que él, se desconoce la identidad del padre, aunque todo apunta a un veterinario (Daniel Aráoz). En el pueblo también está una viajante varada por un desperfecto en su auto (Sofía Gala Castiglione) y el abuelo de las criaturas (Federico Luppi), encargado del bodegón del lugar y, como tal, voz cantante de los sucesos locales.
Así se plantean las cosas en la menos enigmática y más “amigable” de las películas del ecléctico Sergio Mazza. El director de Gallero, El amarillo y Graba mantiene la idea central de un personaje al borde del abismo. O, en realidad, como se dijo arriba, varios, ya que ninguna de los protagonistas del film atraviesa un buen momento.
Vista en el último Festival de Berlín, El gurí cambia la concentración en un único personaje por varios, obligando a dividir la atención narrativa, algo no siempre logrado. El principal problema del film es, entonces, cierta tendencia a la dispersión, como si el director quisiera contar demasiado en poco tiempo, relegando el peso específico de algunos personajes que ameritaban mayor atención.