Con una mirada crítica y una gran carga de humor que raya lo siniestro, El Hada Buena. Una Fábula Peronista es una sátira cargada de significados.
La ficción se centra en la Argentina de Perón, pero en un momento en que la situación del país llegó a tal punto que las familias subastan a sus hijos a cambio de bienes. Así, los niños (a los que generalmente les faltan brazos o piernas o sufren alguna deformidad) son cambiados por licuadoras, heladeras y cuanto elemento pueda ser reutilizado en el hogar. Los hijos adoptados son adoctrinados por las familias que los adquieren, con el objetivo de que luego de rendir un exhaustivo examen, solo uno por familia pueda acceder a una beca que el Presidente otorga para que estudie en uno de los diez colegios del Estado.
El film pone el foco en una familia formada por mamá, el tío, la empleada y los cuatro hijos adquiridos en la subasta. Es una mezcla de espectáculo circense, en donde lo grotesco y lo siniestro se combinan con resabios expresionistas. Los personajes, que incluso parecen freaks, recuerdan mucho a las películas de Fellini.
A través de textos muy buenos y tomas especialmente cuidadas, en las que planos y ángulos enriquecen cada segundo del relato, Casabé cuenta la historia de manera creativa y arriesgada.
Si bien el film tiene momentos que se tornan monótonos, estos tienen una duración ínfima. Por otro lado, la directora aprovecha los recursos y lenguaje cinematográfico, lo que lo convierte en un producto rico, fuera de lo común, divertido e imperdible.