Nominada a Mejor Película en Idioma Extranjero, Son of Saul muestra la dura vida dentro de un campo de concentración. Drama a más no poder.
Frente al peligro de muerte o daño, y por mucho que pese, la ideología puede descartarse. Las comidas favoritas, los equipos de fútbol, las relaciones con seres queridos: todo lo que no sirva para vivir estrictamente, puede dejarse de lado. Hay una sola cosa sin la que no se puede subsistir, algo que se da erróneamente por sentado y que permea toda la experiencia desde el nacimiento: lo que la persona es. Las persecuciones durante la Segunda Guerra Mundial se realizaban en base a esas cosas que no se pueden descartar: trataban de justificar odio puro.
Durante dicha guerra, que duró desde 1939 hasta 1945, muchos grupos fueron perseguidos y diezmados a mano del Eje, compuesto por Alemania, Italia y Japón. Uno de los campos de concentración más conocidos donde se llevaban a cabo estas atroces acciones fue Auschwitz y es ahí a donde viaja Son of Saul.
No todos los prisioneros eran llevados allí para morir. Algunos de ellos, ya sea por sus cualidades físicas o su joven edad, eran separados y obligados a realizar los trabajos más duros del campo: desde mantenimiento hasta la limpieza luego de asesinatos masivos. Estos esclavos se llamaban Sonderkommando y fueron siempre causa de mucha polémica. ¿Eran verdaderamente víctimas o eran ayudantes de los nazis? En este sistema perverso nadie salía ganando, salvo los victimarios. El personaje principal del film es un Sonderkommando y su historia viene a dar un nuevo punto de vista sobre este asunto.
Es Octubre de 1955, Saul Ausländer trabaja en Auschwitz limpiando la cámara de gas y transportando cuerpos muertos, entre otras actividades horribles. El maltrato dentro del campo de concentración no busca disimularse, ya que hasta los Sonderkommando son desechables. Por esto se estima que hubo durante toda la guerra cerca de 14 generaciones de estos “prisioneros especiales”. Luego de una enorme matanza en la cámara de gas Saul encuentra entre los cuerpos a un niño, que toma como a un hijo. En medio del alienante trabajo, maltrato y miedo, este chico se vuelve un propósito para su vida.
El aspecto técnico de esta película es fascinante. Al ser el primer largometraje realizado por su director, László Nemes, es esperable que en su realización tenga fallas (manejo de cámaras, montaje, etc). Sin embargo, Son of Saul pone al cine a disposición absoluta del guión y del arte. Es difícil tratar en un medio sumamente visual un tema tan sensible como el Holocausto y aquí llega una joya cuando parecía que todo estaba hecho. Muchísimo de esta película se enfoca en Saul Ausländer y sus reacciones al ambiente. No busca mostrar explosiones, tiros, muertes ni torturas, sino que cuenta la historia a través del humano. Lo más valioso de Son of Saul es que expone una arista del período muy poco explorada.
Esta es la novena película húngara nominada al Oscar por Mejor Película en Idioma Extranjero, sin embargo en ella se hablan muchos idiomas. No solamente alemán o húngaro, sino también ruso, yiddish y polaco. Esto resalta enormemente la dimensión del conflicto, y ubica al espectador en la vida diaria de personas normales que luchan por subsistir en un ambiente terriblemente hostil.
El hecho de que László Nemes y su equipo estén compitiendo en el evento más importante del cine con lo que es solamente su primera película, indica que es posible que su carrera esté llena de éxitos y material interesante para ver.