Daniel Day-Lewis se luce en una película distinguida e interesante, dirigida por Paul Thomas Anderson.
Londres, años ´50. Raynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) es un famoso diseñador que, junto a su hermana Cyril (Lesley Manville), visten a las más renombradas estrellas de cine, herederos y socialités de la época. Las mujeres le brindan inspiración y compañía al soltero Raynolds hasta que conoce a Alma (Vicky Krieps), una joven de carácter fuerte que se convierte en su musa preferida.
Nominada a los Premios Oscar como Mejor Película, El hilo fantasma (Phantom Thread, 2017) es fiel representante de la sutileza cinematográfica. Anderson elige mantener un estilo en el que el relato dialoga con las interpretaciones, los efectos sonoros y la música; enmarcados por una excelente ambientación y vestuario (galardonado en la última entrega de la Academia).
Day-Lewis le da vida a un personaje atrapante, con matices que generan diferentes percepciones: es delicado y atento por momentos, severo y autoritario por otros. Junto a Manville y Krieps son una tríada que consolida grandes escenas.
El hilo fantasma es llevadera desde el inicio y tiene la particularidad de generar expectativa con una historia simple. Hacia el final decae un poco, pero en su totalidad es efectiva.