Lo primero que hay que tener en cuenta antes de ver El hilo fantasma es que nos encontramos ante un film de Paul Thomas Anderson.
Una obviedad para el cinéfilo consumado pero advertencia para el espectador ocasional. Sus películas no son para todos los paladares, y aún así, desata tantos odios como pasiones en las papilas gustativas más refinadas.
En esta oportunidad, la nominada al Oscar se nutre de lo que el director sabe hacer mejor: arrastrar al público en la atmósfera propuesta.
El clima es tan denso como sus personajes y, por sobre todo, su protagonista principal. Daniel Day Lewis supuestamente se retira de la actuación con esta película. Un lástima para mí, pero sería una salida por la puerta grande aunque no sea su mejor papel.
Aquí compone a un muy duro y metódico diseñador de moda. Alguien muy prestigioso y cuyas relaciones se acomodan a su vida.
Cuando irrumpe Alma (una genial Vicky Kripes) como su nueva muza y amante se sale un poco del eje y vemos secuencias muy buenas a nivel actoral.
Otro aspecto para destacar es que la historia gira tan en sí misma y en los personajes que poco y nada importa el mundo exterior. Nos damos cuenta que transcurre en Londres y que la Segunda Guerra ya pasó, pero no hay coyuntura, no hay diálogos que den nota de eso. Solo se habla (y se ve) tan solo un poco a una parte de la realeza.
Y como no era para menos en una producción así, el vestuario ocupa un gran lugar y de hecho ganó el Oscar correspondiente a esa terna.
La fotografía está pensada y cuidada al milímetro. La narrativa es buena. Destaco la colorimetría en donde predominan los grises y se resalta el vestuario en otras gamas.
En definitiva, El hilo fantasma es una buena película para quien aprecia el cine de Paul Thomas Anderson. Aún así (y pese a su nominación) es un film menor comparado con otros dentro de su filmografía.